Colo Colo no tuvo un buen estreno en el Clausura. Incluso, más allá de la derrota, lo más preocupante para el cuerpo técnico y los jugadores fue el pobre nivel exhibido por el equipo, tomando en cuenta además que enfrente estaba un rival que recién conoció al técnico seis días antes del partido.

Varias son las causas para explicar este duro trapié. Se podrá argumentar que las bajas (por diversas razones) disminuyeron el potencial del equipo. Julio Barroso, Emiliano Vecchio y Esteban Paredes, son piezas angulares en el esquema. No obstante, tomando en cuenta que sus reemplazantes fueron Claudio Maldonado, Luis Pedro Figueroa y Humberto Suazo, queda claro que el tema del pobre funcionamiento pasó más por un tema colectivo que por situaciones individuales puntuales.

En ese sentido, la baja física que padeció el equipo en el segundo tiempo fue notoria. Algunos la atribuyen a la edad del plantel, algo latamente expuesto en las semanas previas al inicio del torneo. La excesiva cantidad de titulares por sobre los 30 años puede resultar peligrosa cuando se sucedan los partidos entre torneo local y Copa Libertadores. Ayer, en el segundo tiempo, muchos no se podían las piernas producto de la alta temperatura que todavía azotaba a Santiago.

Pero también hay dos aspectos a considerar en el análisis físico del equipo en este arranque. Uno tiene que ver con la conformación del equipo, al que le siguen penando piezas de reemplazo confiable. Ayer, algunos miraban la banca y no había un sólo sustituto confiable, al que se le diera la responsabilidad de torcer la historia. La diferencia entre los titulares y los jóvenes suplentes, era abismal en lo cualitativo y también en cuanto a experiencia.

Lo segundo tiene que ver con la planificación del cuerpo técnico de Colo Colo, que debió apurar la puesta a punto del equipo en diez días, pero tomando en cuenta que la Copa Libertadores arranca en cinco semanas más y eso también influye en las cargas físicas que están recibiendo cada uno de los futbolistas. Casos como el de Esteban Pavez, evidentemente con menos ritmo que en el torneo anterior, fue un síntoma de esto último.

La posición de Jaime Valdés en la cancha, jugando más cerca de los delanteros, no favoreció al sistema. El volante formado en Palestino es un tipo al que le gusta jugar con la cancha de frente, teniendo todo el panorama para tomar una decisión. Como enganche, debe actuar casi siempre de espaldas al arco, lo que no le acomoda. Ya no está para girar y encarar como en sus inicios. Ayer, salvo chispazos, estuvo lejos de ser desequilibrante.

A muchos le llamó la atención la presentación de Suazo. Más allá del penal desperdiciado, se lo vio a ratos incómodo en la cancha. La inactividad le pasó la cuenta. Por si fuera poco, sus deseos de participar siempre en la elaboración de la jugada, lo alejaron en demasía del área rival. Tanto que en el segundo tiempo no tuvo un solo remate franco al arco y la única situación de gol que tuvo en ese lapso fue anulada por fuera de juego. Chupete necesita tiempo de adaptación. El tema es si Colo Colo se puede permitir ese lujo luego de una derrota que no estaba en los cálculos de nadie.