Es una verdadera revolución de la imagen. Cámaras portátiles que caben en la palma de la mano, baratas y fáciles de usar, que son capaces de guardar cientos de tomas. Cámaras fotográficas incorporadas en todos los teléfonos celulares y gracias a internet, se conectan con las redes sociales. Como nunca antes en la historia, la imagen fotográfica se cuela en la vida cotidiana de las personas y hoy son pocos los que no se tientan con probar sus capacidades de artistas de la imagen detenida. Ese espíritu, prolífico, creativo y actual, es el que recoge el concurso Zoom Santiago, que desde el año pasado convoca a fotógrafos profesionales y amateurs a enviar sus mejores retratos de la vida cotidiana en la capital y que anoche daba a conocer los resultados de su segunda edición.

Creado por Plagio, la productora que en 2000 debutó con el exitoso concurso literario Santiago en 100 Palabras, este año Zoom Santiago recibió más de 10.500 fotografías, en formato digital o análogo, tomadas con celulares o tabletas. Tras un proceso de selección quedaron 22 finalistas,  las que se exhiben desde hoy en el Espacio Fundación Telefónica, el mismo que hace un mes  acogió a los ganadores de la World Press Photo.

El premio a la Mejor Fotografía, dotado de $ 1.000.000, fue para Eugenia Inostroza (32), por la imagen que muestra a un grupo de la Federación Nacional de Pobladores que acampa en la ribera del río Mapocho y ve el partido de Chile contra Australia en el reciente Mundial de Fútbol. El Premio Movistar a la mejor fotografía tomada con un teléfono celular, que entrega $ 500.000, fue para Ignacio Echeverría, por su toma en blanco y negro de unos transeúntes caminando por la calle San Diego, en Santiago Centro.

La organización hizo una preselección de las imágenes, que luego pasaron por el filtro final del jurado compuesto por los fotógrafos Gabriel Schkolnick, Pin Campaña y Luis Poirot. "Hubo bastante discusión porque habían fotos de gran calidad. Finalmente nos decidimos por esta imagen hecha bajo un puente del Mapocho, que reúne muchas historias en una, es compleja tanto en su narración como en su técnica, está muy bien realizada", dice Poirot.

Santiago desde el cielo, un cargador de carne en el barrio Franklin, el interior abandonado del Museo de Tajamares, una boxeadora entrenando y un grupo de hinchas celebrando son otras de las instantáneas que destacan en la muestra, abierta hasta el 21 de septiembre.

"En la mayoría de las fotografías se nota que la principal influencia es la imagen cinematográfica y no la fotografía, hay una mirada diferente a la que quizás pueden tener muchos fotógrafos profesionales", dice Poirot. "Creo que hay que tener cuidado, el que haya cada vez más acceso a hacer fotografías no asegura calidad fotográfica. La fotografía requiere una educación visual y este concurso fomenta eso".