Dos chicas jóvenes con vocación de femme fatale y una mujer más adulta que termina siendo engañada por su marido. Esos son los roles que las actrices Ana de Armas, Lorenza Izzo e Ignacia Allamand, respectivamente, tienen en la película Knock knock.

Estos tres personajes del thriller dirigido por Eli Roth giran en torno a un arquitecto y padre de familia encarnado por Keanu Reeves, un hombre que se enfrenta sin éxito a la tentación una vez que su señora viaja con sus hijos a la playa y dos jóvenes llegan de improviso a su casa y lo seducen. Algo que finalmente trae enormes consecuencias. “La película trata de dos temas muy importantes: de cómo una decisión puede cambiar tu vida y convertirla en una pesadilla y también el cómo las generaciones más jóvenes se relacionan con la privacidad y la inmediatez a través de las redes sociales”, explica Izzo al teléfono desde Los Angeles.

La cinta debuta el jueves 24 en salas locales y durante su rodaje el primer semestre del año pasado generó revuelo: una estrella de Hollywood pisaba suelo chileno para protagonizar una cinta que se grabaría íntegramente en el país.

Adiós al héroe

Aunque lleva tres décadas en la industria, a Reeves no le había tocado encarnar a un hombre con hijos. Hasta ahora. Y esta es una de las particularidades de su rol en comparación con lo que ha hecho anteriormente. De Armas comenta al teléfono desde Los Angeles sobre otra diferencia de su habitual registro: “Se le ve en una situación en la que no tiene el control, mientras siempre se le ve siendo el héroe, el que va disparando y arreglando todo. Ahora no está en su zona de confort”.

Tan así que tanto ella como Izzo aprovecharon la conocida timidez del actor a favor del guión. “Detrás de cámaras nosotras nos tirábamos encima suyo, le hacíamos cosquillas y molestábamos para que cuando dijeran ‘Acción’, él ya estuviera molesto con nosotras”, recuerda Izzo, mientras que De Armas agrega: “Con cada cosa que yo hacía en pantalla, a Keanu le saltaban los colores. Era muy fácil volver a la acción tras los momentos de descanso y recuperar la dinámica”. Y admite: “Me divertía mucho ponerlo nervioso”.

Por su parte Allamand, al teléfono desde Miami, comenta sobre la relación con su marido en la ficción: “Fue súper profesional, fue una súper buena experiencia. También fue divertido, porque tiene un sentido del humor parecido al mío, así que nos reímos mucho”.

En cuanto a su personaje, dice que jamás pensó en negociar hacer otro de los roles a pesar de que se le ve perjudicada: “Por lo general, los directores me dan el rol de la mala o la asesina, entonces el  ser la fuerza positiva, me pareció buenísimo”.

Finalmente, Lorenza comenta: “Es complicado grabar una película con una temática tan potente y abarcar un personaje que no perdona y no explica sus acciones”. Además, la actriz comenta cómo fue grabar sus primeras escenas de sexo nada menos que frente a su marido en la vida real: “Eli es un profesional. Fue súper intenso, pero  tenía un soporte bastante bueno”.