En 1970 las chilenas lograron por primera vez votar en todas las elecciones en el país. Este hito se convirtió en un verdadero triunfo en la lucha por la igualdad de género. Sin embargo, en aquellos años los prejuicios seguían siendo enormes hacia las mujeres en todas las áreas.
En esa misma época, la antofagastina Sara Pizarro se atrevió a romper los esquemas y penetrar en el mundo del fútbol e intentar ser la primera mujer árbitro del país.
"Desde siempre me gustó el fútbol, pero más que jugarlo, a mí me gustaba verlo y dirigir. Así, me vine a Santiago a los 12 ó 13 años. Mi sueño era ser árbitro y me fui a la Asociación Central de Fútbol (hoy ANFP). Insistía, pero me decían que el fútbol no era para la mujeres", recuerda.
Luego conoció al ex juez internacional Carlos Robles, quien se convirtió en su consejero. "Él me recomendó que partiera de las bases, fuera a charlas y me metiera en las asociaciones de árbitros. Y así llegué al fútbol amateur, donde dirigí cerca de 365 partidos de todas las categorías", dice.
Ahí conoció a su esposo, Jorge Véliz. "Él me veía en los diarios y se enamoró por las fotos. Un día se metió a la cancha y yo lo eché. Después, me dijo que quería llamar mi atención. Al final tuvimos 15 años de relación y llevamos 19 de casados", cuenta la ex referí, quien se encuentra en la capital en busca de mejores tratamientos para su hijo de 19 años, Mario, quien padece el síndrome de Prader-Willi, que afecta la hormona del crecimiento. Esto porque en Antofagasta no hay adelantos en esta materia.
La situación de su hijo la alejó del fútbol, pues ha hecho más de 300 viajes para encontrar soluciones médicas. Sin embargo, igualmente tiene un sueño: "Me gustaría ir al Mundial con mi hijo", afirma.
Isabel Berríos entró en los libros como la primera mujer en ser entrenadora de fútbol profesional en Chile, luego de graduarse de directora técnica en el Instituto Nacional del Fútbol (INAF). "Estudié cuatro años y me titulé con distinción máxima", señala.
En 2002 llegó a Universidad de Chile, club en el que permanece hasta hoy. Ahí se hizo cargo del fútbol formativo con niños desde ocho a 14 años y del femenino. Paralelamente fue ayudante de Osvaldo Hurtado en la selección chilena femenina.
"Para mi gusto, la estrategia es lo más importante y las mujeres tenemos una ventaja en eso, porque siempre la hemos aplicado en cosas cotidianas. Además, somos capaces de solucionar nuestros problemas y los de otras personas también. Entonces, se nos hace más fácil llevar esto a una cancha", sostiene.
Asimismo, sueña con entrenar al primer equipo de los azules. No obstante, cree que "el momento ya llegará". "Pero primero me tengo que seguir perfeccionando y el medio me tiene que conocer. Pero yo estoy muy feliz y agradecida de La U, pues en ningún momento me he sentido discriminada".