En Chile existe la percepción de que los hombres trabajan más que las mujeres, sin embargo cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) constatan lo contrario. Según la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT), actualizada en junio de 2017, las mujeres trabajan diez horas durante un día promedio de la semana, mientras que los hombres dedican ocho horas.
Este registro corresponde a la llamada Carga Global de Trabajo, que considera tanto el trabajo remunerado (en donde los hombres trabajan en promedio siete horas contra seis de las mujeres), como el no remunerado (que abarca principalmente tareas en el hogar), un concepto invisibilizado debido a la subestimación de las labores domésticas como concepto de trabajo.
"La percepción de que los hombres trabajan más que las mujeres se debe a que culturalmente se maneja una definición de trabajo que implica remuneración; en consecuencia, todo el resto de las actividades que no son remuneradas no se consideran trabajo. Se trata de una percepción socialmente naturalizada, no se reconoce ni valora el trabajo doméstico como trabajo objetivo", dice Luis Gajardo, sociólogo de la Universidad Central.
Esta diferencia en la Carga Global de Trabajo está principalmente condicionada por una brecha en las horas que cada género destina a los quehaceres domésticos. Las mujeres dedican seis horas diarias a estas labores durante la semana, mientras que los hombres solo destinan dos horas a este tipo de tareas.
Orden cultural
Según Francisco Aguayo, psicólogo experto en masculinidad, esta inequidad está relacionada con un orden cultural que condiciona cómo se organizan las familias en torno a roles de género.
"Las mujeres resuelven la mayoría de las tareas cotidianas y los hombres usualmente realizan tareas ocasionales, sin embargo ellos tienen la percepción de que su aporte es mayor del que realmente hacen en lo doméstico. Realizan quehaceres del hogar por un rato y sienten que ya cumplieron con su cuota, lo que dificulta avanzar hacia la corresponsabilidad", dice Aguayo.
Según la ENUT, el 92,8% de las mujeres que realizan trabajos no remunerados en Chile se dedica a labores domésticas para el propio hogar, lo que contrasta con un 48% de participación laboral femenina, la cifra más baja en Sudamérica de acuerdo con los datos del Foro Económico Mundial.
"Se estima que las mujeres tendrían una actitud más positiva hacia la realización del trabajo doméstico y el cuidado de los niños. Esto ocurre porque hombres y mujeres son socializados con normas, valores y creencias que son fuertemente internalizadas desde la niñez y que pasan a formar parte de su identidad social. No basta con que se pongan en evidencia las diferencias que se producen para que una persona inmediatamente cambie su forma de pensar" dice Gajardo.