Hubo cinco años en los que el nombre de M. Night Shyamalan como firma de una película era sinónimo de éxito. Con 29 años recién cumplidos, el estreno de Sexto sentido, su tercer largometraje -con un inolvidable giro final-, transformó al cineasta norteamericano de origen indio en uno de los nombres más cotizados de Hollywood, valiéndole una nominación al Oscar a Mejor Director y Mejor Guión, además de recaudar US $ 672 millones en todo el mundo.

Sus siguientes dos proyectos continuaron cimentando la reputación de Rey Midas del cine de fantasía: El protegido (2000) recaudó US $ 248 millones, mientras que Señales obtuvo US $ 408 millones. Ambas además, si bien no repitieron el nivel de elogios de Sexto sentido, obtuvieron buenos comentarios por parte de la crítica.

Pero la historia del director, como la de sus películas, tendría un giro radical a partir de La aldea (2004). La cinta fue un éxito de taquilla, con una recaudación de US $ 257 millones, por primera vez los comentarios especializados serían en su mayoría negativos. La historia sobre una aldea puritana del Siglo XIX en Estados Unidos, acechada por un supuesto monstruo, y su complicado último acto, llevaron a los críticos a resaltar que en perspectiva, Shyamalan llevaba años aplicando la misma narrativa, en donde era casi seguro que hubiera un giro final que intentara demostrarle a la audiencia que llevaba siendo engañada buena parte de la película. "Sin duda se puede hacer un documental sobre los problemas que genera el éxito a los jóvenes en la dirección, con M. Night Shyamalan haciendo méritos para ser el foco", escribió la revista Variety sobre La aldea.

Lo que vendría después serían sólo tropiezos, tanto críticos como económicos. La dama del agua (2006) apenas recuperaría su costo de producción, El fin de los tiempos (2008) sólo se salvó del abismo financiero gracias a su arrastre internacional, y cintas como El último maestro del aire (2010) y Después de la Tierra (2013) desde ya figuran en listados sobre las peores películas de la historia.

Shyamalan pasó de ser una joven promesa a una promesa incumplida. Junto a John Derek y Michael Bay, es el único cineasta en ganar dos veces el "premio" Frambuesa Dorada -destinados a lo peor de Hollywood- al peor director. Con su último gran éxito a 15 años de distancia, parecía que el hombre detrás de la famosa frase "Veo gente muerta", estaba destinado a mantenerse alejado de la primera línea de prestigio en el cine.

Un nuevo giro

El renacer de Shyamalan comenzó a gestarse de forma silenciosa en 2015. En septiembre de ese año estrenó Los huéspedes, una película estilo found footage que marcó su retorno al cine de bajo presupuesto por primera vez desde su segunda cinta, Los primeros amigos (1998). La historia, sobre unos adolescentes que visitan a sus misteriosos y violentos abuelos, recibió críticas dispares, pero fue un contundente éxito financiero: recaudó casi 20 veces su bajo costo de producción de US $ 5 millones.

Siguiendo la lógica de menos es más, Shyamalan estrenaría en Estados Unidos en enero de este año Fragmentado -que llega este jueves a las salas locales- con un moderado presupuesto de US $ 9 millones. La cinta cuenta la historia de un hombre con personalidad múltiple y 23 identidades distintas (James McAvoy) que secuestra a tres adolescentes. Las jóvenes deben aprender a lidiar con las distintas facetas de su captor, algunas amables y otras sicóticas, mientras surge la amenaza de que una destructiva personalidad 24 se encuentra al asecho.

Fragmentado resultó una sorpresa: tras su estreno, lideró durante tres semanas la taquilla en Estados Unidos, algo que no había conseguido ninguna película del director. Y, por primera vez en mucho tiempo, la crítica volvió a respaldar a Shyamalan. "Fragmentado no sólo revitaliza la carrera de Shyamalan, sino que revive su marca", aseguró el periódico Los Angeles Times, con la revista Rolling Stone opinando: "Esto podría haberse transformado en otro truco barato si no fuera porque su director nos lleva a los traumas que hacen a su protagonista tener tantas personalidades". Shyamalan se volvió a anotar un contundente éxito de taquilla -la película lleva recaudados US $ 248 millones-, y además, parece estar postulando a un trono que parecía haber perdido hace más de una década en Hollywood.