Divertirse jugando con la gravedad y mejorar la postura, flexibilidad y relajación del cuerpo es parte de los beneficios del yoga aéreo. La terapia se mezcla con el arte circense, la gimnasia y el pilates, y es todo un atractivo, especialmente para los niños, que colgados de un columpio hacen hasta 20 piruetas aéreas frente a las olas en Viña del Mar.

Hace un mes que la instructora de pilates Abigail Balcarce comenzó esta práctica frente a la playa Los Marineros, en la recta Las Salinas. Ahí, cada fin de semana, desde las 16 horas, instala los dos columpios, hechos del mismo material que se utiliza en los paracaídas. "Aquí trabajo con niños desde 6 años y 40 o 50 kilos de peso. Se fascinan porque para ellos es un juego y logran muchas posturas, quedan colgados de cabeza a 40 centímetros del suelo, se balancean, se sueltan mucho", dice.

La disciplina es una variación del Samadhi Yoga. Cada sesión, con aporte voluntario, dura de 15 a 20 minutos y es acompañada por los padres. En ella hacen piruetas, balanceos, pasos de danza, volteretas y equilibrios. "Hay posturas como la del murciélago o la tipo superman, la posición de loto en el aire que corrigen posturas, todo esto relaja y favorece la irrigación sanguínea, además de darles más seguridad", explica Balcarce.

También de equilibrio y relajo es el Stand up Paddle (SUP) Surf, deporte que gana adeptos y que sólo usa una tabla de surf tipo longboard (más ancha y larga) y un remo. El navegante, de pie y ayudado por el remo, puede recorrer hasta 10 kilómetros en aguas calmas o surfear pequeñas olas. Rodrigo López (37) hace un mes que lo practica. Antes nunca hizo surf, pero lo entusiasmó la idea de navegar en tabla. "Después de la quinta vez logré pararme. Lo que me gusta es que se puede navegar buenos kilómetros sólo remando y en contacto con la naturaleza. Ahora me paso hasta tres horas en el agua", dice.

Mario Pepe (30) instructor en playa La Boca de Concón, cuenta que el SUP es un híbrido entre el kayak y el surf y permite hacer travesías en mar abierto, ríos, lagunas, humedales y tranques.

"Son dos modalidades: una extrema tipo surf, más avanzada, y otra tipo travesía, que se hace en aguas calmas donde al ir de pie tiene más perspectiva del paisaje".

Para nivel básico la práctica se hace en playa La Boca y en Higuerillas, Concón, y en el tranque Los Aromos de Limache. Para niveles avanzados la playa Ritoque, en Quintero, es el lugar.

"La principal condición es saber nadar bien y se puede practicar desde los 6 o 7 años. En travesías se puede hacer avistamiento de aves y fotos en los humedales de Concón y Mantagua. En Ritoque se practica tipo surf", explica Pepe. Cada clase con equipo cuesta $ 22 mil y dura una hora y media. Las reservas se hacen en las escuelas de surf de La Boca.

Descensos en cuerdas

En Concón, la adrenalina y aventura se unen en la práctica de descensos en cuerdas desde el puente Piqueros y en la escalada en roca que profesionales y aprendices practican en el mirador Roca Oceánica, aledaño al lugar. De lunes a viernes, de 10.00 hasta las 19.30, la escuela Rappel Chile ofrece cursos básicos de descensos con cuerdas, por puentes, rocas o cuevas, preparados para todo tipo de personas, desde los $ 10.000.