Arranca el 2017 y la cartelera se renueva con numerosos filmes para entretener a todos quienes disfrutan de una buena tarde de cine durante sus vacaciones. Un niño que a través de la imaginación escapa del bullyng escolar y de sus problemas familiares nos presenta la cinta Un monstruo viene a verme, "Lewis MacDougall está descollante en el protagónico", dice la crítica. Disney nos trae a una nueva princesa, se trata de Moana, una niña polinésica que tiene la misión de salvar la isla en la que vive junto a su familia. De un corte completamente distinto es El infiltrado, cinta protagonizada por Bryan Cranston sobre la historia de un personaje real, un agente que durante el gobierno de Reagan escaló posiciones y se ganó la confianza de traficantes y banqueros asociados al lavado de dinero, " es un placer de principio a fin", dice la crítica. Por último llega Assassin's Creed , una adaptación cinematográfica del videojuego homónimo, filme que la crítica especializada tildó de "rídicula e innecesaria".
Un monstruo Viene a Verme: Haciendo frente a la vida
Crítica por René Martín
Dirigida por JA Bayona. Con Lewis MacDougall, Felicity Jones, Sigourney Weaver. Drama, Fantasía. 108 minutos. Reino Unido, Estados Unidos, España, Canadá, 2016. Todo espectador +7
Nota: 6
El joven Conor O´Malley está entrando en la adolescencia, pero la edad poco importa cuando los problemas de la vida llegan y hay que hacerles frente. Su joven madre tiene cáncer y todo hace presagiar lo peor. La estrecha relación que madre e hijo tienen se contrasta con la lejanía que este posee con su abuela materna, una mujer dura y tan hermética en su personalidad como torpe en su relación con los sentimientos propios y ajenos. Y si en la casa las cosas no le van bien a Conor, en el colegio, ese reclusorio del aislamiento y la represión, las cosas son aun peores y recibe constantes palizas de un matón. El único escape que Conor posee es su imaginación. Amante del dibujo y de las historias, es ahí donde acude cuando el mundo se torna demasiado inasible y doloroso. Encerrado en su dormitorio dibuja y observa un antiguo árbol de tejo que puede ver desde su ventana. Una noche ocurre lo imposible. Justo cuando el reloj marca siete minutos pasada la medianoche, el gran árbol cobra vida y la entrega al chico un mensaje: le pagará 3 visitas, en cada una de las cuales una historia le relatará. En la cuarta visita, la historia deberá correr por parte de Conor y deberá ser solo la verdad.
Dirigida por el español Juan Antonio Bayona, quien realizara la estupenda El Orfanato y la estúpida Lo Imposible, Un monstruo Viene a Verme es una sensible fábula adulta que puede traer a la memoria la reciente El Buen Amigo Gigante de Spielberg, pero la temática pronto difiere así como el arco dramático. Aquí nos encontramos con una historia íntima acerca del miedo y la rabia frente a las trasformaciones a las que la vida nos somete. Esas instancias en que la quietud y la felicidad se ven interrumpidas por fuerzas demasiado inmensas e imposibles de escapar. La decadencia e inminente muerte de un ser amado vista por los ojos de un chico que, a ratos, parece no ser tomado en cuenta por los adultos, pero que sabe de manera cierta que el momento final se acerca.
Protagonizada por Felicity Jones en el rol de la madre, Sigourney Weaver como la Abuela, es el pequeño Lewis MacDougall quien está descollante en el protagónico, un rol difícil, repleto de contradicciones y miedos. Es cierto que las historias que el Monstruo (voz de Liam Neeson) relata a Conor son más bien simples y casi tópicas, y que por sobre el final se siente la manipulación por lograr la lágrima en el espectador, pero Un Monstruo Viene a Verme no deja de ser menos evocativa y cálida, logrando un balance memorable entre realidad y esa magia que muchas veces nos gustaría que existiera en la vida.
Moana: Estampa de princesa
Crítica por Pablo Marín
De Ron Clements y John Musker. Animación. EEUU, 2016. 113 minutos. TE.
Nota: 5
Moana es primero una niña y luego una muchacha provista de una misión. Esta princesa polinésica, que estelariza el nuevo estreno Disney tras Zootopía, ve morir las plantaciones y escasear los peces en su pequeña isla de Motunui. Todo está conectado con una mitología oportunamente desarrollada: el semidios Maui robó de puro bondadoso el corazón de la diosa Te Fiti, hace ya siglos, pero se le atravesó el demonio de lava Te Ka y en la refriega se extravió el corazón. Ahora, Moana es la elegida para restablecer el orden: para salvar a los suyos y a sí misma; para iniciar un viaje de maduración y autodescubrimiento, aunque su padre no lo quiera ni lo entienda. La cinta sigue patrones conocidos y algunos resucitados, como una dimensión que incluye canciones de unos nuevos talentos de Broadway, Lin-Manuel Miranda. La intriga opera sin turbulencias y sus personajes se arman sin complicaciones: pueden llegar a hacerse, es verdad, pero también ser medio freakies, como pasa con el gallo descerebrado que acompaña a la protagonista. Con todo ello vence, incluso cuando no convence.
El infiltrado: Un viaje irresistible
Crítica por René Martín
Dirigida por Brad Furman. Con Bryan Cranston, Diane Krueger, John Leguizamo. Drama biográfico. 127 minutos. Reino Unidos, 2016. Mayores de 14 años.
Nota: 5
En la década de los ochenta, en plena administración Reagan, la guerra contra los carteles de la droga estaba en su apogeo, siendo la figura de Pablo Escobar el ícono absoluto de poder y corrupción. El Infiltrado relata la historia de Robert Mazur, un agente especial que por años escaló posiciones y se ganó la confianza de traficantes y banqueros asociados al lavado de dinero. Dirigida por el irregular Brad Furman (Culpable o Inocente), el mérito de que esta historia sea un viaje irresistible al bajo mundo pertenece a su protagonista, Bryan Cranston. Su interpretación del agente Mazur, siempre al borde de ser descubierto y que debe lidiar tanto con su propia familia como con los hampones con los que se relaciona, es un placer de principio a fin. Dejando de lado más de algún cliché de guión, esta historia de policías y ladrones, es también la historia de amistades traicionadas y confianzas rotas, que nos interna en un complicado dilema moral y ético donde la frontera entre buenos y malos es rota. Cranston está insuperable al lograr traspasarnos este dolor y estas dudas, haciendo de su personaje un ser humano tan complejo como real.
Assasins creed: Una lucha disparatada
Crítica por René Martín
Dirigida por Justin Kurzel. Con Michael Fassbender, Marion Cotillard, Jeremy Irons. Acción, aventuras. 115 minutos. Reino Unidos, Francia, Hong Kong, Estados Unidos, 2016. Mayores de 14 años.
Nota 2
Ridícula e innecesaria son dos adjetivos que bien definen el resultado de la adaptación a la pantalla grande del juego de video Assassin's Creed dirigida por el australiano Justin Kurzel. Reuniendo a un elenco de primera, donde destacan Michael Fassbender y Marion Cotillard, con quienes ya había trabajado en la sobrestilizada adaptación de Macbeth hace un par de años, Kurzel no cuenta esta vez con la sólida base argumental que entregaba la letra de Shakespeare, en cambio una atiborrada y disparatada historia de lucha entre la Orden de los Templarios y los Caballeros Asesinos, quienes buscan el origen de la violencia. Pero convengamos que la trama es lo de menos y que, a pesar de que tanto actores como director proceden con una solemnidad que ya la quisiera un réquiem, aquí solo importa la estética, la música, el sonido y el intentar, por todos los medios, de crear una franquicia que reditúe rápidamente. El resultado es de una insensatez y mediocridad que no se veía en mucho tiempo.