Con los primeros días de diciembre llegan a las salas comerciales chilenas tres cintas diversas e ideales para distenderse. La primera es Sully, dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Tom Hanks. Esta cinta, que obtuvo Nota 7 en las críticas de cine de La Tercera, esta basada en una historia real ocurrida en 2009, cuando un avión comercial de US Airway con 155 pasajeros sufrió una falla de motor y el piloto decidió realizar un amarizaje en el río Hudson, "uno de los filmes más valiosos en la ilustre carrera de Eastwood", dice la crítica especializada. Menos elogios hubo para la ópera prima de Fabrizio Copano, Prueba de actitud,  sobre cuatro adolescentes que se roban el facsímil de la PSU y viajan a la playa para resolverlo. La cinta que incluye en su elenco a Denisse Rosenthal fue tildada como una "discretísima comedia". Pero aún más baja fue la calificación para la película india Shivaay, sobre un escalador profesional en el Himalaya cuya hija es secuestrada; "Un desastre de película", la crítica no tuvo compasión.

Sully: El factor humano

Crítica por Pablo Marín

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Sully

. De Clint Eastwood. Con Tom Hanks, Aaron Eckhart, Laura Linney. EEUU, 2016. 96 minutos.

Nota: 7

Con énfasis formales variables, el clasicismo de Clint Eastwood, el cineasta, consiste en exponer de modo llano y eficaz el drama de un personaje. Este último, hecho habitualmente de distintas capas, tiende a imponerse por presencia o al menos a desgarrarse en el intento. Y cuando este todo complejo se articula como lo hace en Sully, hay mucho para ver.

En esta pasada, el octogenario realizador recurrió a la tecnología Imax (para las salas ídem), de modo de conseguir efectos propios de los lejanos tiempos de las pantallas 4:3, tales como la centralidad del rostro. En efecto, la cara de un Tom Hanks encanecido y bigotón se nos hace tremenda. Y por ahí va la expresión visual de la propuesta dramática.

El multipremiado Hanks, que pese a Dan Brown no ha traicionado su vocación de Jim Stewart, es esta vez un hombre relativamente común en una situación particularmente extraordinaria ("basada en una historia verdadera", amén de reciente). El 15 de enero de 2009, el capitán Chesley "Sully" Sullenberger, piloto de US Airways, despegó de Nueva York y a muy poco andar una bandada de aves inutilizó ambos motores de su avión. Forzado en segundos a tomar una decisión que comprometía a 155 almas, se jugó por un amarizaje en el río Hudson. Impensadamente, no hubo una sola fatalidad.

Todo el mundo lo cree un héroe en la película. Todos menos el propio "Sully", las compañías de seguros y los miembros del organismo federal encargado de investigar el accidente. Por un lado, las pesadillas respecto de lo que pudo ser y lo que él mismo pudo haber hecho mal o de otra forma, rondan a un protagónico respecto del cual nunca parece estar todo jugado. Por otro, el razonamiento algorítimico de los federales los lleva a subestimar el factor humano que hace toda la diferencia, más aún en un drama de este talante. En la determinación de este factor, a través de irreprochables procedimientos ad hoc, yace el corazón de una propuesta que concilia la vieja escuela con las angustias del presente.

Instalando como instala la ambigüedad y la incertidumbre -sin abandonar la moral del little guy apremiado, la minucia cotidiana ni la precisión narrativa-, Sully es una película de rara familiaridad. Uno de los filmes más certeros, íntimos y valiosos en la ilustre carrera de Eastwood. Clásico, en el sentido más trascendente del término.

Prueba de actitud: Discretísima comedia

Crítica de René Martín

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Prueba de actitud

. Dirigida por Fabrizio Copano, Augusto Matte. Con Denise Rosenthal, Fabiola Alarcón, Constanza Piccoli. Comedia. Chile, 2016. 87 minutos. Mayores de 14 años.

Nota: 3

Después de escribir y protagonizar Barrio Universitario y Héroes: El Asilo contra la Opresión Fabrizio Copano pasa a la silla de dirección junto a Augusto Matte para dirigir Prueba de Actitud. Aunque se agradece que Copano no esté frente a cámaras, simplemente no tiene pasta de actor, el resultado de esta Prueba aun dista mucho de ser algo para aplaudir o ser recordado. O simplemente hacer reír si se toma en cuenta que es una comedia.

La trama va de un grupo de amigas adolescentes, con muy poca pinta de adolescentes, que roban la PSU y se van a la playa a "estudiar", bajo la mirada de un profesor, interpretado por Rafael Gumucio, personaje que sobra en todo momento.

Lo que viene es el clásico poner a prueba la amistad que existe entre las participantes, conocerse realmente a sí mismas y resultar ser mejores personas.

Sin duda es lo mejor que ha escrito Copano ya que Barrio y Héroes eran terribles, pero aun no logra encontrar el tono ni menos el interés en su universo cinematográfico. Siendo un relato liderado solo por mujeres, es bastante simplista la visión que se da de ellas, los cambios que ocurren en sus arcos dramáticos son velocísimos y todo termina como una historia con mensaje positivo y nula rebeldía o mirada propia. Logra captar cierta vibración existente en la generación, pero el resultado es tan chato de mira y de corto alcance que posee el mismo espíritu de telefilme nacional de mediatarde tan de moda por estos días.

Shivaay: Un desastre de película

Crítica por René Martín

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Shivaay

. Dirigida por Ajay Devgn. Con Ajay Devgn, Erika Kaar, Abigail Eames. Acción, drama. 169 minutos. India 2016.

Nota: 2

Después de estrenar la notable comedia PK y el drama criminal Pshyco Raman todo se veía auspicioso para los estrenos desde la India, lamentablemente ahora llega Shivaay, un festival camp del absurdo, malas actuaciones y absoluta ceguera en cuanto a cuál es la historia que quiere relatar. Aquí conocemos a Shivaay, un escalador profesional en el Himalaya, mezcla de cabra montés y hombre araña, que se enamora de una estudiante becada que viene de occidente y a quien nunca vemos estudiar. Ella pronto queda embarazada y, aunque es su decisión abortar, Shivaay la manipula lo suficiente para que le entregue a la criatura y ella se vaya a hacer su vida. Parece teleserie venezolana, pero solo llevamos 20 minutos de trama. Todo se pone peor, con terremotos, corrupción, trata de personas y Shivaay convertido en una imparable máquina de matar luego de que su hija es secuestrada. Lo que se inicia como Diario de una pasión, pasa a ser Búsqueda Implacable y termina siendo la peor de las Duro de Matar, todo con una extensión de 3 horas que parecen 2 semanas. Un desastre de película.