Tras seis años en el poder, el movimiento de centro izquierda Nueva Acción Universitaria (NAU) perdió el control de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), el que quedó en manos del Movimiento Gremialista, cuya lista en las elecciones de este año fue encabezada por el estudiante de derecho Ricardo Sande.
El desgaste natural del movimiento, su presunta cercanía con el gobierno de Michelle Bachelet y la necesidad de un cambio de mirada política para enfrentar los cambios en educación, son algunas de las razones que explicarían la derrota en las urnas del movimiento, que nació en 2008, según afirman actores de la escena política estudiantil.
Ese mismo año, el NAU se impuso al gremialismo con la lista encabezada por el estudiante de sociología Miguel Crispi, actual asesor del ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. Desde entonces la lista fue reelecta por cinco años consecutivos, con líderes como Joaquín Walker, Giorgio Jackson, Noam Titelman, Diego Vela y Naschla Aburman.
Diego Vela, quien presidió la Feuc en 2013, destacó que la derrota del NAU es el reflejo de la democracia que impera en la Universidad Católica. "Creemos en la democracia y ahora llega un momento para que el movimiento pueda evaluar lo que sucedió, pero lo que ha hecho el NAU durante tantos años, cambios estructurales y profundos en los temas y en la búsqueda que ha tenido la U. Católica, es un compromiso que va mucho más allá de ser federación o no".
Por su parte, la presidenta de Evópoli, Francisca Correa, quien en 1996 se convirtió en presidenta de la Feuc al alero del gremialismo, indicó que la derrota del NAU "es una señal clara de un gran sector de los estudiantes que no está de acuerdo con el corazón de la reforma, es decir que deja fuera a la participación de la ciudadanía. Hoy se necesita un empoderamiento de la sociedad y no necesariamente más Estado, por lo tanto acá hay una señal clara de mala conducción de la reforma educacional de un sector de los estudiantes".
Desde una mirada externa, la actual presidenta de la Federación de Estudiantes de la U. de Chile (Fech) y vocera de la Confech, Melissa Sepúlveda, dijo que el resultado en la Feuc pasa porque "había casi siete años del NAU, que sin duda tenía algunos niveles de desgaste, de crítica, por parte de los estudiantes de la UC. Sabemos que en elecciones de años anteriores la diferencia con el gremialismo ha sido bastante estrecha, este año, con el aumento de la votación, había varios factores que hacían pensar que podría ganar el Movimiento Gremial".
Por su parte, Valentina Saavedra, quien fue recientemente electa para reemplazar a Sepúlveda en la conducción de la Fech, indicó que "desde afuera uno puede observar que hay quizás cierto desgaste de una conducción que duró seis años, lo que no es menor, y en ese sentido pueden haber pagado algunos costos, quizás por errores".
En un sentido más crítico se muestra el presidente de la Federación de Estudiantes de la U. de Santiago (Feusach), Takuri Tapia, quien destaca que "se hace una crítica particularmente fuerte al NAU, sobre la conducción que tuvo este año, tomaron un rasgo oficialista, muy cercano al gobierno y perder la independencia política al fin y al cabo genera sus costos". Sin embargo, destaca que, además, influyó "la apuesta de la derecha de financiar una campaña millonaria al interior de la Universidad Católica".
Factor oficialista
Respondiendo a las críticas sobre la presunta cercanía del NAU con la administración de Michelle Bachelet, Diego Vela sostuvo que "creo que la Nueva Acción Universitaria se ha mostrado muy crítica de este gobierno, en cuanto a aspectos de esta reforma, sobre todo en cuanto tema fundamental que es la educación pública. Creo que es importante no confundir cuando uno busca avanzar en cambios concretos que beneficien a todos los chilenos, como el fin al copago, el fin al lucro, el término de la selección. Nosotros estamos de parte de la ciudadanía, de las demandas del país y siempre velaremos por eso".
"Creo que es importante que el gremialismo no llegue con un ánimo de soberbia, sino que busque colaborar con los otros actores en avanzar en las grandes problemáticas de la educación, como son la desigualdad y la segregación", destacó.
Confech
La llegada del gremialismo a la Feuc también altera el escenario en la Confech, que en 2015 buscará volver a las movilizaciones para incidir en las reformas del gobierno.
Para Melissa Sepúlveda, "hay una premisa básica que el movimiento gremial tiene que respetar, y es la de construir una reforma educacional que elimine el mercado de la educación. La UC tiene un peso mediático por sí solo, pero lo que se tiene que respetar es la decisión de todos los compañeros de la UC, y no debiese haber mayor inconveniente a menos de que el movimiento gremial decidiera no respetar los mecanismo de deliberación internos".
Postura similar presenta Diego Vela, quien sostuvo que "lo relevante es cuál va a ser la disposición en ese espacio, esperemos que sea de un ánimo constructivo (...) y es de esperar que con altura de miras se puedan discutir las necesidades del país".
Finalmente, Takuri Tapia fue el más incisivo, al señalar que la llegada del gremialismo "no es algo muy agradable para la Confech ni para el movimiento estudiantil, pero no es algo necesariamente nuevo dentro de esta instancia (...). Una lista gremialista representa un escenario complejo para el movimiento estudiantil, pero no necesariamente algo que no se pueda sobrellevar, entendiendo que a nivel del zonal centro las federaciones de una tendencia de izquierda van a predominar".