El rechazo a algunas de las políticas económicas de Dilma Rousseff es tan profundo en los mercados financieros brasileños que suscitó un comentario reiterado: "Marina (Silva) es como una ruleta rusa, pero Dilma es un revólver cargado". Los mercados, "alérgicos" a la mandataria, temen que un nuevo gobierno de la dirigenta política de 66 años aleje inversionistas y traiga consigo un débil crecimiento, tal como ha sido la norma en los últimos cuatro años, sostiene la agencia France Presse.
Por ello, la elección es seguida de cerca por inversionistas a quienes les gustaría que Silva, una ambientalista muy popular que ha adherido a políticas de mercado, derrote a Rousseff y termine con 12 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT). Pero la encuesta difundida a última hora del viernes por Datafolha dio un balde de agua fría a los detractores de la reelección de la mandataria. El sondeo colocó por primera vez a Rousseff sobre Silva en un eventual balotaje, con un 47% de las preferencias para la candidata del PT, frente al 43% de la abanderada del Partido Socialista Brasileño (PSB). Y el mercado reaccionó de inmediato a los sondeos. El lunes, la Bolsa de Sao Paulo cayó 4,52%, su mayor retroceso desde 2011, debido al castigo de los mercados a la petrolera Petrobras, que retrocedió un 11%. Durante la misma jornada, el real se derrumbó a su menor valor desde diciembre de 2008, cotizado en 2,457 unidades por dólar.
En declaraciones a la prensa, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, insistió en relacionar el brusco descenso a las incertidumbres generadas por el disputado escenario electoral: "Es un momento de gran volatilidad en el mercado de acciones".
Una opinión distinta tiene el jefe de economistas de la consultora Gradual Investimentos, André Perfeito. "El mercado había apostado a que Dilma Rousseff no sería reelegida, pero ahora está dándose cuenta de que no es tan simple ni fácil", comentó Perfeito a France Presse.
"La última encuesta mostró que aumentó la intención de voto de Dilma y esa es una noticia muy mala para los mercados", dijo a la misma agencia el economista Wellington Ramos, de la calificadora de riesgo Austin Rating en Sao Paulo. "El mercado no ve con buenos ojos un segundo mandato de Dilma por varios factores, como la interferencia excesiva en las empresas estatales o una política fiscal expansionista que no permite cumplir metas de ahorro e inflación. Todo eso genera malestar", aseguró Ramos. "Los inversionistas salen de Brasil" y eso, a su vez, presiona a la baja al real, señaló el economista.
Algunos inversionistas sostienen que las políticas de Rousseff han llevado al estancamiento de la economía de Brasil y los mercados se resienten al consolidarse las posibilidades de reelección de la mandataria, apunta la agencia Reuters. Brasil enfrenta su cuarto año de crecimiento moderado y su economía, la séptima del mundo, atravesó una recesión técnica en el primer semestre, con la inflación al alza, rozando el techo de la meta oficial de 6,5%.
Según el diario español El País, el comportamiento del mercado de este lunes recordó el período preelectoral de 2002, cuando el ex Presidente Lula da Silva lideraba las encuestas y la Bolsa oscilaba de modo descontrolado, igual que el cambio, que llegó a cuatro reales cuando su nombre fue confirmado en las urnas. Para calmar los ánimos, Lula nombró a Henrique Meirelles para ser su hombre en el Banco Central, un ejecutivo respetado en todo el mundo. Y Antonio Palocci, para Hacienda. Ambos trajeron la calma que los mercados buscaban frente a las incógnitas del nuevo mandatario.