A las 11 horas de hoy, en el Regimiento Buin de Santiago, se realizará la ceremonia de acuartelamiento de los jóvenes que cumplirán el servicio militar este año. En todo el país serán más de 9.500 los reclutas que ingresarán a los cuarteles de forma voluntaria para realizar su instrucción.
A pesar de esto, desde la Dirección General de Movilización Nacional -entidad encargada de coordinar la admisión de los jóvenes a las tres ramas de las Fuerzas Armadas- advierten que existe una disminución de la voluntariedad, lo que podría inducir a la institución a convocar a jóvenes obligatoriamente si no se llenan todos los cupos en los próximos años.
"La ley del Servicio Militar y Reclutamiento, vigente desde 1978, fue modificada en 2006, donde se introdujo un sistema mixto: el primer llamado sería voluntario y, de no completar los cupos, se realizaría un sorteo entre las bases de jóvenes de 18 años", explicó el general de brigada Oscar Mezzano, director de la DGMN.
Según detalló el oficial, desde que se inició el sistema mixto siempre se ha logrado copar la selección; sin embargo, "efectivamente hemos tenido una disminución en los jóvenes que se presentan voluntarios. Hemos logrado alcanzar las metas, pero se ha ido acortando la brecha".
Según cifras de la DGMN, el 21,8% de los jóvenes que integraron la base de conscripción hace siete años se presentó como voluntario. El año pasado, ese porcentaje cayó al 13,2%. De hecho, en 2007 más de 32 mil personas participaron del proceso de forma libre, mientras que el año pasado lo hicieron sólo 17.821.
Para el general Mezzano, se han detectado tres circunstancias que explican esta disminución: el decrecimiento de la población joven, la ampliación en la oferta de educación superior y las mejores prospectivas laborales de los jóvenes (ver cifras).
El director de la escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes, concordó con la tesis y agregó que "el servicio esta atrás respecto a la oferta social para los jóvenes, como es el estudio superior, y dejó de ser un mecanismo de instrucción e incluso ascenso social como era antes".
RENOVAR INCENTIVOS
Para el sociólogo Claudio Duarte Quapper, académico de la Universidad de Chile y director del proyecto Anillo Juventudes con financiamiento Conicyt, otros factores, como los delitos cometidos en el régimen militar y la situación vivida en Antuco, también han producido un alejamiento.
"El Ejército ha hecho esfuerzos, pero no aparecen muy seductores. Se ha perdido el ejemplo de héroes que significaba el uniforme y que antes era más aspiracional, aunque puede que aún exista en sectores más rurales", añadió.
A pesar de lo anterior, a principio de este año Tomás Arce, de 18 años, sorprendió a varios al inscribirse para realizar el servicio de forma voluntaria. El joven, ex estudiante del colegio The Grange School de La Reina, sacó puntaje nacional en la PSU de Matemática, pero optó por realizar la instrucción en Coyhaique.
Ante la posibilidad de que deban convocarse jóvenes de manera obligatoria, Fuentes aseguró que aquello abriría dos debates. "Uno relacionado en la razón de porqué es voluntario y otro que apunta a los incentivos para realizar el servicio", dijo.
Según Mezzano, hoy en día, especialmente en el Ejército, se nivelan los estudios de enseñanza básica. "Un 15% de los que entran aún no terminan su instrucción primaria", comentó. "Lo ideal, pero eso debe ser una política de Estado, es que los jóvenes que realizan el servicio reciban algún tipo de beca para seguir una carrera universitaria posterior al servicio", agregó.
Si bien existen otros estímulos, como por ejemplo 150 horas de capacitación a través del código Sence y facilidades para que padres puedan visitar a sus hijos que realizan el servicio en zonas extremas, según Duarte, "los estímulos aún están enfocados para que sólo las clases bajas realicen el servicio", agregó.