En la última década, las adaptaciones a la pantalla grande de libros para jóvenes demostraron su poderío en la taquilla, con fenómenos como la saga Harry Potter y Cre- púsculo. Pero tras el fin de la franquicia sobre vampiros y hombres lobos, el éxito de otras novelas juveniles no se ha podido repetir, con títulos como Cazadores de sombras: Ciudad de hueso, Hermosas criaturas y Los juegos de Ender, pasando sin pena ni gloria.
La excepción ha sido Los juegos del hambre, la saga basada en la obra de Suzanne Collins, que recaudó 691 millones de dólares con su primera entrega en 2012 y que estrena su segunda parte el jueves: Los juegos del hambre: en llamas. En esta nueva aventura, Katniss (Jennifer Lawrence) y su compañero en los Juegos del Hambre Peeta (Josh Hutcherson), se ven obligados a ser parte otra vez de la pelea a muerte televisada, en una historia que se vuelve más dramática que lo visto en la primera cinta: con los cercanos a Katniss, especialmente su amigo Gale (Liam Hemsworth), y el pueblo de Panem sufriendo mayor abuso de sus gobernantes, mientras ella y Peeta intentan sobrevivir en la Arena (ver recuadro). "Dentro de los primeros minutos vemos que Katniss está marcada por lo que vivió en los Juegos", dice a La Tercera al teléfono desde Roma la productora, y quien compró los derechos para llevar la historia al cine, Nina Jacobson, sobre el tono de la cinta.
Para ella, un factor importante de los buenos resultados tiene que ver con que los filmes se han mantenido cercanos al material original. Tanto así, que la autora oficia de productora ejecutiva y trabajó en el guión junto al nuevo director, Francis Lawerence, antes de que se sumara el guionista Michael Arndt ( Pequeña Miss Sunshine). "Todos somos fans y hemos tratado de hacer adaptaciones que son muy fieles a los libros", dice Jacobson.
Además, un punto que diferencia a esta saga de otras para el público joven es su temática. "En vez de convertirlo en un triángulo amoroso, se centra en las preocupaciones de los personajes, como el sobrevivir y la necesidad del cambio social", dice Jacobson, y explica sobre la crítica hacia la opresión y la violencia desenfrenada de parte del Capitolio hacia Panem: "Aunque los protagonistas son adolescentes, el contenido es relevante para todos".
Aparte de las actuaciones, guiones y dirección, ha sido esta crítica social la que ha logrado una buena recepción de la crítica, que ha tratado bien a ambas cintas.
Resultado que los sigue ayudando a atraer a los mejores intérpretes para cada rol. Pues Jacobson admite que las novelas los han ayudado a conseguir los actores que querían. "Tenemos mucha suerte, porque actores muy buenos aman los libros y quieren ser parte de las películas". Es así como a Donald Sutherland (Presidente Snow), se sumó Philip Seymour Hoffman y, para las dos entregas finales de la saga se contará con Julianne Moore en uno de los papeles más importantes. "Somos muy ambiciosos, creemos que se trata de personajes muy ricos que son capaces de atraer a los mejores actores", remata Jacobson.