La Comisión de Ética de la FIFA recomienda aplicar "un sistema más abierto y de rotación" para la adjudicación de los futuros mundiales y prohibir las visitas de los miembros del Comité Ejecutivo a los países candidatos a organizar la competición, así como las de los representantes de las candidaturas a los votantes.
Ambas recomendaciones figuran entre las incluidas en el informe facilitado por el órgano de decisión de la Comisión de Ética que preside el alemán Hans-Joachim Eckert y que da por finalizada la investigación sobre el proceso de adjudicación de los Mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Qatar, respectivamente.
El informe, que "no constata ninguna violación o incumplimiento de las normas y reglamentos correspondientes" en el proceso, aboga por que los miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA tengan la obligación de comunicar los regalos u objetos de valor que perciban de las candidaturas.
Igualmente considera necesario establecer una serie de requisitos para los partidos amistosos que puedan jugar selecciones de países candidatos frente a los de miembros del Ejecutivo de FIFA, así como para las personas que formen parte de los equipos de las candidaturas.
El documento confirma el elaborado previamente por la otra cámara de la Comisión de Ética -el órgano de instrucción que preside el estadounidense Michael J. García- y deja en manos de esta la posibilidad de iniciar procedimientos contra algunos oficiales de la FIFA.
Sin hacer mención expresa a la candidatura Ibérica de España y Portugal, que fue la segunda más votada para 2018, el informe refleja las actividades de los equipos que defendían los proyectos para captar el voto, como la entrega de regalos a personas vinculadas a la FIFA, algunas de ellas ya sancionadas por esta por incumplir el código ético.
"Las evidencias aportadas no son suficientes para encontrar un mal comportamiento del equipo de Rusia 2018 ni de ninguno de sus integrantes individualmente para comprometer el proceso", señala.
También indica que, "según los testimonios recogidos, los regalos entregados por Rusia tienen un valor simbólico y su política de regalos y otros beneficios parece estar en la línea de las normas de conducta de la FIFA".
En el caso de Qatar, que obtuvo el Mundial 2022 en la cuarta votación tras las sucesivas eliminaciones de Australia, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos en la final, el informe alude al amistoso jugado entre Argentina y Brasil en Doha el 17 de noviembre de 2010, días antes de la elección, y su financiación por un grupo empresarial catarí.
Igualmente refleja que Qatar patrocinó el Congreso de la Confederación Africana (CAF) en 2010 en Angola, con 1,8 millones de dólares, así como los pagos hechos por el expresidente de la Confederación Asiática, el catarí Mohamed Bin Hammam, que fue suspendido por la FIFA por incumplir la normativa ética.
El documento considera que en el momento de la votación la relación entre Bin Hammam y la candidatura de Catar 2022 parecía lejana y que existieron conductas potencialmente problemáticas de individuos concretos, por lo que confía en que el órgano de instrucción adopte las medidas que considere oportunas.
De igual forma se refiere a las candidaturas de Inglaterra 2018, Australia 2022 y Corea 2022, aunque entiende que los comportamientos que tuvieron sus delegados no comprometieron la integridad del proceso de candidatura, como ocurre con la de Estados Unidos 2022.
"La percepción de que el voto puede haber sido comprado cuando la elegida no es la considerada favorita de forma generalizada es una mera especulación", dice el informe, que también asegura que "asumir que se reparten sobres llenos de dinero a cambio de votos para ganar el Mundial es ingenuo". "La corrupción, también en negocios no vinculados al fútbol, se hace de forma más sofisticada", añade.