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Las reinas de la parrilla

El libro 'Todo a la parrilla' que llega este fin de semana a librerías, es una declaración de amor de sus autoras, Carolina Carriel e Isidora Díaz, al asado. Pero a uno diversificado que admite hasta sandías en el fuego y que tiene incluso postura política.

Son las once de la mañana de un lunes y Carolina Carril e Isidora Díaz eligen tomates y ajíes en un puesto de verduras en medio del Matadero Franklin. Se dan vuelta y se quedan mirando el mostrador de una carnicería donde hay unas prietas que, por lo bajo, deben medir unos 10 centímetros. Carolina estudió biotecnología e Isidora, filosofía, son amigas desde hace 10 años y una de las cosas que las une es la comida: "Nosotras no somos cocineras profesionales, nos gusta mucho la comida y le dedicamos tiempo a la cocina, hablamos de recetas y nos estamos profesionalizando en el tema", cuenta Isidora. A partir de ahí nace el libro Todo a la parrilla de editorial Hueders, que incluye 70 recetas para hacer asados. Pero no cualquier asado.

El cliché dicta que la parrilla es un lugar para hombres. Imagen que se repite en cada campaña publicitaria que aparece cuando se acerca el 18 de septiembre, por lo mismo las autoras saben que están rompiendo un paradigma con su publicación: “En estos tiempos, hablar del hombre como dueño del asado no tiene lugar. Y eso no tiene que ver con una postura feminista o ‘feminazi’ ni nada de eso, somos dos personas que disfrutan la cocina. Uno de los lugares donde se puede preparar comida es la parrilla y para allá fuimos”, cuenta Isidora. Carolina agrega: “Nosotras no buscamos el ‘parrilla para hombres’ o ‘para mujeres’, sino el ‘parrilla para todos’. Todo se puede asar, todo se puede tirar ahí”.

¿Por qué hicieron el libro?

Carolina: Pasamos muchas veces parrillando y compartiendo recetas y hacíamos mil inventos. Además, lo pasamos tan bien que teníamos ganas de difundir el evangelio parrillero. Así empezamos a anotar preparaciones y terminamos con un documento de 120 recetas.

Isidora: A nosotras nos gusta mucho leer libros de cocina, y queríamos hacer uno que le sirva a la gente, que sea más que solo la foto bonita.

Carolina: Claro, que sea una herramienta, que esté al lado de la parrilla, que se ensucie, que no sea para la mesita.

Isidora: Ahora, si la gente quiere tenerlo en la mesita, es un libro hermoso también. Pero la idea es que sea cercano, que no tenga una barrera que haga al lector decir 'pero eso nunca me va a quedar así', no, las recetas están hechas para que se vean igual que la foto.

¡Pongámosle!

Carolina relata la siguiente receta: "Tú agarras una piña con moño y todo y la pones al fuego al comenzar el asado y la vas dando vuelta tranquilamente y cuando todos están chatos de cosas saladas, abres la piña, le pones chocolate, un chorrito de ron, coco y listo, los dejas rendidos a tus pies". La gracia de Todo a la parrilla son preparaciones novedosas como esa y que además están hechas con ingredientes fáciles de conseguir. Hasta una preparación de sandía a la parrilla incluye. "Hay recetas como el plátano con manjar y nuez y también otras más sofisticadas como las tostadas de pera asada con queso azul, avellanas y miel, con un poquito de tomillo", dice Isidora, a lo que Carolina replica: "Gran parte de nuestras recetas parten del '¿Y si le ponemos tal cosa? ¡Pongámosle!'". Muchas de las preparaciones las han subido a sus respectivas cuentas de Instagram, todo bajo el hashtag #todoalaparrillalibro.

¿Están tratando de innovar con productos nacionales?

Isidora: Claro, con respecto a sabores y productos tradicionales tenemos "choros al alicate", que es un plato del sur en el que se usa el choro zapato que ya se ve muy poco; también tenemos el "costillar con aliño chileno" para que no compren el que ya viene aliñado que es asqueroso, pero el problema es que a la gente ya se olvidó  cómo hacerlo.

Carolina: También pasa con los pescados. No quisimos usar el salmón o la reineta porque ya están muy vistos y tenemos muchos otros tipos en nuestra costa.

Isidora: Si sales de Santiago, ves que el asado es para todo: si hay un bautizo, para las bienvenidas, para las despedidas, o sólo porque hay que hacer un asado. Yo creo que estamos rescatando la ubicuidad del asado como algo que pasa muy seguido, que no se necesita una ocasión para hacerlo.

Por Skype

En este momento ninguna de las dos autoras está viviendo en Chile, y esta semana sólo andaban de paso para lanzar el libro. Carolina reside en Nueva Zelanda donde trabaja en una cocina, mientras que Isidora vive en Estados Unidos, donde se dedica al periodismo gastronómico. Tampoco está instalada aquí Araceli Paz, la fotógrafa con que trabajaron, por lo que una buena parte del libro se hizo a través de Skype: “Muchas ideas surgieron en conversaciones por esa vía e hicimos muchos intentos y muchas pruebas, porque así fue como comenzamos. Partiendo a ver cómo queda esto mezclado con esto otro, y si le ponemos o no le ponemos tal cosa”.

¿Cómo lo hacían para “parrillar” en línea?

Carolina: Bueno, eran 16 horas de diferencia…

Isidora: Cuando para mí era lunes, Carolina ya estaba empezando el martes. Pero la primera parte de los asados la hicimos acá. Cuando me fui, siguieron Carolina con Araceli y cuando terminaron con las fotos me puse a editar las recetas, luego ellas las revisaron. Nos juntábamos en Skype para hablar las recetas, editarlas juntas. Capaz que nos hubiese costado más estando en Santiago.

Carolina: Estábamos concentradas trabajando, sin que ninguna dijera "oye, pero tomémonos una chela". Nos funcionó mucho trabajar a distancia, nos coordinamos bien. Piensa que el libro lo empezamos a fines de enero del 2015 y lo terminamos en junio.

Asado sustentable

“Queremos que sea más que una compilación de recetas, poner ideas que a nosotras nos hacen sentido. No podemos hacer un libro de recetas y no poner nada con respecto a de dónde viene el producto. Inquietudes que van más allá de comer”, dice Carolina e Isidora, la licenciada en filosofía toma vuelo:  “O sea, no consideramos el comer como un acto aislado que ocurre en tu cocina o en tu parrilla que no tiene ninguna relación con el mundo. Al contrario, desde el punto de vista filosófico es muy interesante, porque la comida es la única parte de la realidad que puedes meter dentro de tu cuerpo y que afecta tu corporalidad. Y como mente y cuerpo están superunidos, eso produce un efecto que no se puede ignorar. No es que se mencione la palabra filosofía en el libro, pero la comida es un tema en el que tenemos que pensar, desarrollar teorías y reflexiones, pero no se puede dejar de pensar en la comida si es algo que haces tres veces al día, o más”.

Su objetivo es que el libro se trate de asar lo que se tiene a mano, lo que se puede conseguir en el almacén de la esquina, sin tener que acudir a lugares especializados y con los productos de la temporada: “Nos interesa educar a la gente en que no se puede estar alegando que el tomate de julio no tiene sabor si no es temporada de tomates y menos esos de plástico del supermercado”, comenta Carolina.

Todo parte del movimiento slow food, una tendencia mundial nacida en Italia en 1986 que se preocupa por promover una alternativa al fast food, reivindicando la comida como una práctica cultural, donde los alimentos y la forma en que están producidos están íntimamente relacionados con el impacto ambiental que causan. "Creemos que estrechar la distancia entre productor y consumidor es importante. Por eso recomendamos ir al almacén, conversar con el carnicero, convertirse en la regalona del casero de la feria, esas cosas son bacanes y te ayudan a comer mejor y de paso creas una relación de confianza con quien le compras tus cosas", cuenta Isidora.

Pero todo eso toma tiempo. 

Isidora: Y sí, posiblemente te demores un poquito más en comprar si lo haces en diferentes lugares, pero la comida va a quedar mejor. Además, cuando pagas esa plata se va a una economía familiar, haces valer más tu plata cuando se la das directamente a una persona.

Carolina: Y apoyas a las buenas prácticas, porque comprando de quienes conoces sabes qué estás llevando y cuanto necesitas. Es un pequeño acto que hace la diferencia, mucho más que andar poniéndole "me gusta" a leseras en Facebook.

¿Se refieren a los videos de comida de Buzzfeed?

Carolina: No, a las causas como "dale me gusta si encuentras que se tiene que comer mejor". Como esas cadenas de WhatsApp que dicen "reenvía este mensaje para protestar contra los políticos de nuestro país". Eso no es protestar.

Isidora: Y no es que digamos "ve a una marcha contra Monsanto", mejor partir por comprar pan en una amasandería, donde una persona se levantó supertemprano a hacer el pan y se sigue una tradición para hacer una marraqueta.

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