Los estadounidenses dicen que cuando la marea baja, quedan a la vista quienes se han estado bañando desnudos. Cuando la Reserva Federal retire sus medidas de estímulo, lo que se sumará a un crecimiento menos dinámico de China, puede quedar en evidencia qué países de América Latina están sin ropa.
Las economías latinoamericanas vienen saliendo de una década de crecimiento excepcional: desde 2003, la economía regional de US$ 6 billones casi duplicó su participación en el PIB mundial, a 8%. La clase media creció casi en 50 millones de personas y la desigualdad se redujo.
El FMI estima que los ingresos por el boom de los commodities, que partió en 2002 y que es atribuible en gran medida a la demanda de China, equivalen a 15% adicional de producto al año.
Un informe de la Cepal muestra que los términos de intercambio explican parte importante del crecimiento en el ingreso nacional bruto de varios países exportadores de materias primas de América Latina. Desde 1980, el aporte de los términos de intercambio al ingreso disponible fue mayor en el período 2004-2011 (ver gráfico).
Pero eso está cambiando. La Cepal estima que el valor de las exportaciones crecerá apenas 1,5% este año, tras un 1,4% en 2012. Estas tasas están lejos de las alzas de dos dígitos vistos en 2004-2008 y 2010-2011.
Osvaldo Rosales, director de la División de Comercio Internacional e Integración de la Cepal, explica que al haber sólo dos años con tasas bajas resulta prematuro hablar de un nuevo ciclo. Pero, agrega, "sí tenemos elementos para plantear que la mejora en los términos de intercambio pasada explica gran parte del mayor ingreso nacional reciente en países de la región". Y la conclusión de eso, dice, es "un crecimiento excesivamente dependiente del precio de los commodities. La pregunta es si ese ciclo favorable fue bien aprovechado en términos de generar capacidad, nuevas fuentes de crecimiento, innovación, educación e infraestructura o diversificación de exportaciones. Y ese es un balance pendiente".
La Cepal estima actualmente que la región crecerá 3% en 2013, menos que el 3,5% previsto en abril, y una cifra muy similar a la del año pasado. En su Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2013, resalta los riesgos de la dependencia de los recursos naturales y el consumo financiado con crédito, y advierte que pese a los mayores ingresos generados por el boom de los commodities, la inversión en la región dista de los niveles de las economías asiáticas.
La publicación señala que en ocho de 19 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, El Salvador, Guatemala, Paraguay y Uruguay) el total de la inversión (pública y privada) se mantuvo en forma prolongada en niveles inferiores al 20% del PIB. Y si bien a partir de 2003 se aprecia una recuperación, su distribución es heterogénea.
A juicio de Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de Cepal, "hay países que supieron sacar ventaja de este superciclo de los commodities y generaron instrumentos muy interesantes, como Chile, con el fondo de estabilización del cobre, que es un modelo para la región". Pero, en general, "no hubo suficiente inversión en áreas como ciencia y tecnología, investigación y desarrollo, diversificación, educación, educación técnica orientada al emprendimiento", señala, teniendo como meta apoyar "sectores que en su momento puedan sustituir al sector de las materias primas. Es una tarea pendiente".
Destaca las iniciativas de países como Brasil, que hace poco legisló "para invertir las ganancias del petróleo en educación y salud", y México, que "con la reforma hacendaria trata de desacoplar los ingresos del petróleo de los ingresos tributarios y trata de formar fondos que permitan invertir en el propio sector y otros sectores".
En el caso de Chile, Bárcena estima que también se pudo hacer más. "Aunque es el único país (de la región) que aplica políticas contracíclicas, no ha sido suficiente para impulsar una transformación productiva que es urgente, de modo que la pequeña y mediana empresa tenga más inserción y articulación en las cadenas de valor a nivel del país", dice.
Lo mismo se aplica a nivel regional. En opinión de Rosales y Bárcena, los países latinoamericanos tienen como desafío trabajar en el diseño de políticas plurinacionales que apoyen la creación de redes industriales y la convergencia regulatoria, abordar el déficit de infraestructura, avanzar en la facilitación del comercio e incorporar a las grandes empresas regionales en el esfuerzo. Rosales destaca que de los US$ 176 mil millones de inversión extranjera directa en América Latina, US$ 44 mil millones corresponde a ellas.
Advierten, asimismo, que sin diversificación de la producción y las exportaciones, la región puede volver a tasas de expansión de 3% a 4%, insuficientes para responder a los desafíos del futuro.