Cuando los miembros del Comité Olí­mpico Internacional se reúnan la semana próxima en Buenos Aires, enfrentarán tres decisiones que conformarán la dirección del movimiento olí­mpico durante la próxima década.

Está en juego elegir la ciudad sede de los Juegos Olí­mpicos del 2020, escoger un nuevo presidente del COI para suceder a Jacques Rogge, y seleccionar un deporte (entre tres) para agregar al programa del 2020, y ya hay tres claros favoritos en esos tres rubros: Tokio, Thomas Bach y la lucha.

Primeros ministros, personales de la realeza, astros deportivos y celebridades participarán en la sesión del COI. Aunque la mayorí­a de sus miembros están interesados sobre todo en la elección presidencial del 10 de septiembre, la primera gran decisión tendrá lugar el 7 de septiembre con una votación secreta para elegir la ciudad sede entre Tokio, Madrid y Estambul.

Las tres se han presentado más de una vez: Estambul viene por quinta ocasión, Madrid por la tercera seguida y Tokio por segunda consecutiva.

Se considera que la ciudad de Tokio es ligeramente favorita, aunque la filtración de agua radioactiva de la planta nuclear de Fukushima causa preocupación. Por su parte, Madrid, alguna vez descartada debido a la crisis económica española, ha recuperado terreno últimamente. Por último, Estambul ha perdido puntos debido a las protestas antigubernamentales y escándalos de dopaje en Turquí­a, además de la guerra civil en la vecina Siria.

Las tres ciudades tienen sus atractivos. Estambul llevarí­a los juegos a una nueva parte del mundo, una nación de mayorí­a musulmana por primera vez y una ciudad que une Europa y Asia. Madrid tiene la mayorí­a de las sedes listas y gastarí­a menos que nadie. Finalmente, Tokio ofrece seguridad y confiabilidad en momentos de incertidumbre global.

"Buscamos la ciudad que ofrezca el ambiente más seguro, dadas las incertidumbres mundiales y el hecho de que entramos en una nueva era con una nueva presidencia", afirmó Kevan Gosper, miembro australiano del COI.

Tres dí­as después de elegir la ciudad sede, el COI escogerá a un lí­der que conducirá la organización hasta los Juegos del 2020 por un término de ocho años, con un potencial segundo perí­odo de cuatro años. El belga Jacques Rogge deja el cargo después de doce años.

Los seis candidatos son el vicepresidente Thomas Bach de Alemania, el vicepresidente Ng Ser Miang de Singapur, el director de la comisión de finanzas Richard Carrión de Puerto Rico, los miembros de la junta ejecutiva Sergei Bubka, de Ucrania, y C.K. Wu de Taiwán, y un exmiembro, Denis Oswald.

Se cree que la puja real estará entre Bach, el favorito, más Carrión y Ng como los desafiantes.

Finalmente, el deporte de la lucha busca poner fin a su limbo de siete meses y reconquistar su lugar en las olimpí­adas del 2020. La votación será el 8 de septiembre, en que la lucha competirá con el squash y con el béisbol-sóftbol.

La lucha, que figuró en toda olimpí­ada excepto en 1900, fue eliminada de la lista de deportes por la junta ejecutiva del COI en febrero, una decisión sorprendente que provocó quejas a nivel internacional. Estados Unidos junto con Rusia e Irán luchó por mantener el deporte.

El organismo rector de la lucha, FILA, reaccionó rápidamente: sustituyó a Raphael Martinetti como presidente y eligió a Nenad Lalovic; agregó dos nuevas categorí­as de peso para las mujeres, e instrumentó cambios para hacer el deporte más atractivo para los espectadores. En mayo, la lucha entró entre los candidatos a su inclusión en el 2020.

"No tengo dudas de que ocurrirá. Fue un gran error que hay que corregir"

, puntualizó Oswald.