Minutos después de las dos de la tarde del martes pasado, el teléfono celular del presidente del PC, Guillermo Teillier, recibió una de las llamadas más esperadas por la militancia comunista: la embajadora de Cuba en Chile, Ileana Díaz-Argüelles, le extendía una muy especial invitación del Presidente del gobierno de Cuba, Raúl Castro, para sostener un encuentro en la residencia diplomática, ubicada en Vitacura.

A esa hora, el Mandatario recibía de manos del Presidente Sebastián Piñera la presidencia pro témpore de la Celac, acto con el que se cerraba la cumbre que trajo a Chile al líder cubano, lo que obligó a fijar el encuentro para las cuatro de la tarde.

La inesperada y sorpresiva convocatoria obligó a Teillier a rechazar una invitación que esa misma tarde le había extendido el Presidente de Guyana, Donald Ramotar, hasta ese minuto, la única cita formal del partido con un gobernante en el marco de la Cumbre Celac-UE.

Tras cortar el teléfono, el diputado por San Miguel convocó rápidamente a una improvisada delegación, que incluyó al diputado Hugo Gutiérrez, al integrante de la comisión política Juan Andrés Lagos y a la secretaria general de las JJ.CC., Karol Cariola.

Así fue que Teillier volvió a reunirse con Castro, después de casi cuatro años desde la última vez que conversaron en La Habana. Fue en el verano de 2009, cuando el timonel del PC acompañó a la ex Presidenta Michelle Bachelet en una gira por Centroamérica que incluyó la isla.

Antes, en la juventud, en uno de sus muchos viajes a Cuba, el máximo dirigente comunista recuerda haber compartido también con el gobernante. Pero esta vez fue diferente.

"Nunca habíamos tenido una conversación tan profunda", dice de entrada el parlamentario, en alusión a las poco más de tres horas que duró el encuentro.

Los dirigentes comunistas cuentan que Castro los recibió con mucha cordialidad. Y de inmediato le pidió a su canciller, Bruno Rodríguez, que les relatara el tono en el que se desarrolló la conversación que sostuvo con el Presidente Piñera, la tarde del sábado, en plena Celac.

El funcionario diplomático reveló a la delegación chilena que, antes de pisar suelo chileno, La Habana estaba advertida de la ofensiva desplegada por la UDI para que Piñera aborde el tema del paradero de los frentistas que asesinaron al líder gremialista Jaime Guzmán.

Y que por ese mismo motivo y previo a sellar el encuentro entre ambos mandatarios, la diplomacia cubana advirtió a la Cancillería chilena que Castro no accedería a una reunión que no se remita estrictamente a los detalles del traspaso de mando de la presidencia de la Celac.

La insistencia chilena sobre el punto puso en peligro por momentos el encuentro, reveló Rodríguez a los dirigentes del PC.

Finalmente, Cuba accedió a la bilateral, consciente de que de todas maneras Piñera realizaría el planteamiento.

"Pese a ello les llamó la atención que el Presidente utilizara un tono muy mesurado para tocar el tema", cuenta Teillier. Mientras el canciller cubano relataba los pormenores de la conversación sobre el caso Guzmán, Castro guardaba estricto silencio.

Terminado el relato, el jefe de Estado de Cuba tomó la palabra para destacar un particular interés mostrado con Piñera en la cita: la experiencia "preinsurreccional" cubana.

Castro se mostró sorprendido por el conocimiento del Mandatario chileno sobre los procesos vividos en su país, lo que Piñera justificó con sus viajes a la isla en calidad de senador, en los que sostuvo diversos encuentros y conversaciones, incluso con Fidel Castro.

Luego, el gobernante planteó a los dirigentes del PC un tema en el que mostró especial interés: la realidad política chilena. De inmediato preguntó por las elecciones presidenciales de noviembre próximo. Mientras Teillier exponía sobre el entendimiento que el PC ha ido profundizando con la Concertación, rápidamente Castro reconoció que manejaba un dato clave: la abultada ventaja que Michelle Bachelet detenta en las encuestas frente a sus competidores, tanto del el oficialismo como de la propia oposición, podría ser decisiva en la presidencial.

Tanto así, que incluso se dio el tiempo para bromear. "Nos dijo claramente que a Piñera le va a pasar lo mismo que a Bachelet cuando ella lo tuvo que presentar como presidente electo en la Cumbre de Río (febrero de 2010). El próximo año, le tocará a él invitarla", reveló el timonel del PC.

Otro tema que le interesó a Castro fue el del fenómeno de las movilizaciones sociales, sobre el que sostuvo un breve diálogo con Karol Cariola, con quien ya había compartido en La Habana, en abril del año pasado, cuando la dirigenta viajó con Camila Vallejo, invitadas por el régimen.

La reunión terminó con un repaso por las reformas políticas y sociales que se viven en Cuba y la notificación formal de Castro de que las restricciones de salida de la isla se habían levantado.

Ello, a propósito de la polémica que involucró a Rosa María Payá, hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá, quien no pudo viajar a Chile invitada por la DC, tensionando la relación de dicho partido con el PC.