EN la capital argentina ya se preparan con mate y facturas para el Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires (Fiba), que del 5 al 21 de octubre iluminará una de las vitrinas más llamativas de la región. Conciente de las expectativas, su director artístico, el crítico Federico Irazábal, ha optado por mantener el suspenso, pero algunas cartas ya fueron descubiertas: acaso la más imponente sea la versión de 2666 de Bolaño orquestada por el joven director francés Julien Gosselin, que saltará desde el Odeón de París y su paso por Aviñón al país vecino, con un montaje de 12 horas y dos intermedios.
El grupo chileno La-Resentida, en tanto, arribará con Tratando de hacer una obra que cambie el mundo (2013), tal y como hicieron, años atrás, Guillermo Calderón, Manuela Infante y Cristián Plana. También se esperan los regresos del coreógrafo belga Win Vandekeybus y del trío británico The Tiger Lillies con su Hamlet musical, una de las tres piezas que entre el 7 y 14 de octubre harán escala en el Teatro Municipal de Las Condes, como parte de la IV extensión del Fiba en Chile impulsada por Fundación Teatro a Mil. Las entradas salen mañana a la venta.
The Tiger Lillies perform Hamlet: Shakespeare a tono
No es un misterio el que Shakespeare haya recurrido a la música para iluminar a sus más lúgubres personajes o acentuar el tono dramático en alguna escena. Incluso el mismo dramaturgo británico presenció versiones musicalizadas de sus obras sobre el escenario de The Globe, su compañía, y ahora, tras su debut en el festival Santiago a Mil 2015, el trío británico The Tiger Lillies volverá el 12 y 13 de octubre con una versión de Hamlet que seguro el mismo autor de Otelo hubiese aplaudido de pie.
La trágica historia del joven que debe vengar la muerte del padre luce como un verdadero cabaret en The Tiger Lillies perform Hamlet. "Cuando la estábamos haciendo pensamos en no tener texto en absoluto", cuenta Martyn Jacques, vocalista y fundador de Tiger Lillies. "El director Martin Tulinius, que descanse en paz porque desafortunadamente falleció, creó un mundo visualmente hermoso para generar una atmósfera para las piezas musicales", agrega. Dos horas y 20 canciones le bastaron a la banda consagrada por la ópera Shockheaded Peter y nominada al Grammy en 2003 por The Gorey end, para convertir al clásico universal en una potente puesta a cargo de los daneses Theatre Republique que mezcla proyecciones de video y virtuosismo circense.
Constanza muere, una cita con la muerte
Es domingo, ya es tarde, y una solitaria anciana, Constanza, ensaya en solitario la ficción más conocida y temida a la vez: la de la muerte. Horas antes, la misma mujer oriunda del campo y quien recuerda haber sido creada "huérfana y hermosa", hará por última vez el aseo en casa, luego leerá poesía y comerá galletas mientras bebe un tazón de té. Pero como todo buen final en una tragedia, el de Constanza muere, la obra del dramaturgo y director argentino Ariel Farace (1982), se nos advierte en el título del montaje que el 7 y 8 de octubre pisará el escenario del Teatro Municipal de Las Condes.
"El tema muerte fue apareciendo como superficie que nos permitía hablar o pensar sobre la ficción", dice su autor y director. "'La muerte no existe', pensábamos como provocación durante los ensayos; la muerte propia resulta una construcción ficcional que cada uno construye, imagina, fantasea. Ese carácter doble, de ser y no ser, nos resultó atractivo y estimulante para pensar el teatro, la fe, la vulnerabilidad de la vida y las creencias", agrega. Rodeada de lecturas, espejos y animales imaginarios, Constanza (Analía Couceyro) recuerda que a sus 11 años quiso experimentar cómo era estar muerta. Fue cuando conoció a Lucio, un burro encapuchado, cual verdugo, y que se le apareció justo antes de que ella se lanzara al vacío. Desde entonces la acompaña, como su propia muerte imaginaria.
País clandestino: cinco naciones al unísono
Cuando un grupo de jóvenes directores provenientes de cinco países se reúnen a charlar sobre la realidad política y social de sus pueblos, es probable que, sin saberlo, una obra se escriba a la par de sus encuentros. Fue lo que les ocurrió a Jorge Eiro (Argentina), Maelle Poesy (Francia), Lucía Miranda (España), Pedro Granato (Brasil) y Florencia Lindner (Uruguay). En julio de 2014, todos fueron a conocerse en el Lincoln Center Directors Lab, en Nueva York, donde se enfrentaron sus propias visiones con el presente de sus países de origen. "Por un lado la energía 'latina', en el sentido más romano, nos hizo generar mucha empatía histriónica a mi entender. Es extraño, pero es cierto. Nos buscábamos para conversar e intercambiar. Había un interés personal sobre el otro", comenta Eiro. Por otro lado, nuestra forma de hacer teatro tan distante a veces, nos hizo reflexionar sobre los modos", agrega.
Sostuvieron charlas virtuales por Skype y WhatsApp, mientras en Francia se desataba el ataque a Charlie Hebdo, y luego la destitución de Dilma Rousseff en Brasil, entre otros hechos. Así surgió la escritura de País clandestino, un texto de carácter "trasnacional" que bajo la dirección de Eiro tendrá su estreno mundial el 14 de octubre en Santiago, cuando los cinco se reúnan sobre el escenario.