La década de los 80 fue fecunda para los movimientos sindicales en el país. Fue en ese período donde se forjaron los dirigentes que en las décadas posteriores fueron referentes para las distintas organizaciones sindicales, y que se caracterizaron por establecer un estilo, ligado a los acuerdos.
Raimundo Espinoza, presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) y Jorge Fierro, ex presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del Petróleo y Afines de Chile (Fenatrapech), fueron alumnos aventajados de esa escuela, y dirigentes emblemáticos de Codelco y Enap, respectivamente. Sin embargo, el anuncio del primero de no repostular como dirigente de los sindicatos de Salvador en la elección de septiembre de 2018, sumada a la salida del segundo del mando de los trabajadores de Enap que se concretó el pasado miércoles, parece ser el fin de ese estilo de conducción sindical.
Fin de un ciclo
"Mi tarea la cumplí, cumplí mi ciclo. Ahora tienen que venir otros que tienen otras miradas", señala Jorge Fierro al comentar su salida de la vida sindical, dejando el cargo que tomó el 2011, luego del deceso de otro histórico de la compañía, Jorge Matute, y que desde el miércoles pasado asumió el secretario general de la CUT, Nolberto Díaz.
A mediados de septiembre asistió a la inauguración de Cerro Pabellón, joint venture de la estatal con la italiana Enel. En el viaje sufrió su segundo infarto, y dice que la experiencia ratificó que fue una buena decisión el no postularse nuevamente a la Fenatrapech. Asegura que es momento de dar un paso al costado y que ahora dedicará su tiempo a su familia, además de sus asuntos personales, tras una vida ligado a la Enap.
"Es el fin. Es un cambio de ciclo de una manera de hacer sindicalismo. El modelo sindical que tenía Raimundo Espinoza, Jorge Matute, y yo que me formé bajo ese modelo, es el modelo de la socialdemocracia, del diálogo social", agregó.
Respecto de las nuevas generaciones de dirigentes, sostiene que hay diferencias que los separan. "Hoy son más cortoplacistas, quizás confrontacionales. Bueno, cada cual tiene su modelo, si no lo compartes, hay que hacerse a un lado", asegura.
Fierro sostiene que hoy el personalismo incluso ha llegado a los movimientos sindicales, que ya no comparten viejos valores, como la solidaridad, la fraternidad, y la organización. "El personalismo está en todas partes. Todo se quiere de manera inmediata, todo tiene que ser traducido a plata, a número", agrega.
Su última batalla la dará en el directorio de Enap, en donde se mantendrá hasta que el nuevo gobierno corporativo se implemente y se designen a los nuevos directores. ¿Su consejo a las nuevas generaciones de directivos? "Lo importante es que los errores del pasado, la gente que viene no los repita", sostiene.
Una mirada válida
Raimundo Espinoza entró de lleno a la vida sindical en 1988, y ya acumula 25 años como presidente de la FTC. Una historia a la que comenzó a poner fin este año, cuando comunicó en la División Salvador de Codelco, en donde es dirigente, que no se repostularía.
Espinoza dice que los liderazgos de Fierro en Enap y el suyo en Codelco, han dejado huella. "Hemos marcado un tema sindical. Podemos estar de acuerdo con unos y en desacuerdo con otros, pero los resultados hay que verlos. En nuestro caso, hemos mantenido a Codelco en manos del Estado por nuestros acuerdos, por los últimos 20 años", afirma.
Sostiene que el mundo sindical es muy distinto de aquel cuando empezó, y valora que hoy los dirigentes estén preparados en materias técnicas. "Hoy un montón de dirigentes sindicales nuevos, que son 2.0, dominan muy bien el tema técnico, y se dan cuenta que hoy con un discurso no convences a los trabajadores. Aunque hay gente que se deja llevar por el discurso, por vender humo", señala.
A diferencia de Fierro, Espinoza considera que la escuela que ellos representan hoy es aún una de las miradas válidas sobre como enfrentar los liderazgos sindicales. "Creo que hay dos visiones de proyectar el movimiento sindical. Los que estamos en una posición de buscar alternativas de acuerdo, y buscar un tema de 'ganar - ganar'. Hay otros que tienen otra visión. No digo si ellos están bien o mal. El tema está en cómo se miden los resultados", afirma.
Raimundo valora el diálogo y la búsqueda de consensos. Asegura que nunca abandonará la movilización como una herramienta de la lucha sindical. "Pero también hay que buscar alternativas de cómo llegar a una solución que sea equitativa para ambas partes. La experiencia que tengo me ha enseñado que ese es el mejor camino".
Espinoza será presidente de la FTC hasta 2019, y dirigente de Salvador hasta 2018. Ambos serán los escenarios de sus últimas batallas. Sobre los nuevos dirigentes y las búsquedas de soluciones rápidas, lo mira como algo normal y que forma parte de la edad. "Es producto de la misma juventud. Yo también cuando entré a trabajar hace 40 años atrás tenía una visión distinta, como trabajador nuevo", afirma.