El británico de origen paquistaní, Maajid Nawaz (37 años) creció en la ciudad de Essex en Inglaterra en el seno de una familia de clase media. Cuando era adolescente le gustaba escuchar hip-hop, hacer graffitis y las niñas. Sin embargo, a los 16 años fue reclutado por un estudiante de medicina que pertenecía a Hizb ut-Tahrir (Partido de la Liberación, en árabe), un grupo islamista revolucionario.

Al salir del colegio, le pidieron que se inscribiera en el Newham College, donde tenía que reclutar a otros estudiantes para la causa. Tras ser expulsado, siguió reclutando en Pakistán y Egipto, hasta que en 2001 fue detenido por la policía secreta del entonces gobernante, Hosni Mubarak. Tras años en la cárcel fue liberado y se convirtió en un activista de Derechos Humanos y contra el terrorismo.

La historia de Maajid Nawaz, retratada por el diario The New York Times, parece no ser un caso aislado dentro de los estudiantes  musulmanes británicos. Mohammed Emwazi, conocido mundialmente como  "John el yihadista" que habría asesinado a ocho occidentales en nombre del Estado Islámico (EI), estudió en la Universidad de Westminster. Esta casa de estudios es "muy conocida por ser un semillero de actividad extremista", según Nawaz. Incluso, algunos de los suicidas que cometieron el atentado en Londres el 7 de julio de 2005 habían estudiado en la Universidad de Leeds, en el norte de Inglaterra.

De acuerdo con un informe del Ministerio del Interior de 2011, revelado por The Daily Mail, las universidades británicas se han convertido en un caldo de cultivo de extremismo y terrorismo. Los funcionarios del Departamento de Negocios, a cargo de las casas de estudios,  identificaron a 40 universidades británicas donde "puede que haya un riesgo particular de radicalización o reclutamiento en los campus".

El reporte indicó que más del 30% de las personas condenadas por ofensas terroristas vinculadas a Al Qaeda en Reino Unido han asistido a una universidad o a una institución de educación superior. Otro 15% estudió o logró una certificación de estudios superiores. Y un 10% eran estudiantes al momento que fueron acusados o cometieron el incidente por el que estaban siendo procesados.

El informe señala que grupos islámicos radicales están apuntando a las universidades que tienen gran cantidad de estudiantes musulmanes con el fin de diseminar un mensaje de odio. Incluso los estudiantes están "realizando actividades relacionadas con terrorismo al mismo tiempo que son miembros de sociedades universitarias", como la Federación de Estudiantes de Sociedades Islámicas. El documento identificó como uno de los responsables de este tipo de actividades al grupo Hizb-ut-Tahrir.

¿Por qué un joven con buena educación se radicaliza? En una columna publicada por el diario The Washington Post, la profesora de ciencias políticas, Sara Wallace Goodman señaló que no es la religión, ni tampoco la inmigración el problema. Como tampoco lo es la "nociva" ideología política del fundamentalismo islámico, como lo ha señalado el primer ministro británico, David Cameron. "La raíz del problema, donde florece el extremismo ideológico, es la alienación. Jóvenes de tercera generación o segunda generación de inmigrantes, que están marginados, que buscan comunidades alternativas donde pertenecer y que tienen conflictos con una sociedad libre", explicó.

"Los jóvenes musulmanes  nacen dentro de una sociedad británica y socializan en colegios británicos, o son nacionializados después de años de residencia o integración, pero enfrentan persistentes y frustrantes barreras para la movilidad socioeconómica y, también sufren discriminación como miembros de una minoría étnica", añadió. En este sentido, un sondeo realizado por ComRes para la cadena BBC a fines de febrero, reveló que un 46% de los musulmanes siente que el prejuicio en contra del Islam hace que sea difícil ser un practicante en Reino Unido. Incluso un 27% dijo que siente empatía por los motivos tras el ataque en París contra el semanario Charlie Hebdo, en enero pasado.

El problema de la integración de los musulmanes en la sociedad británica ya es tan evidente, que actualmente  (y hasta el 21 de marzo) en el teatro Trycicle en Londres se exhibe la obra Multitudes, que trata de los problemas  de esa índole que enfrenta una familia en Bradford, en el norte de Inglaterra. Localidad conocida por los enfrentamientos de 2001 entre grupos de minorías asiáticas y nacionalistas.

Para hacer frente a la radicalización en el país, el gobierno británico lanzó el programa Prevent, que forma parte de la estrategia de contraterrorismo del país. Este ha sido criticado por su falta de eficacia, no sólo tras conocerse la identidad de "John el yihadista", sino que cuando se divulgó que tres adolescentes huyeron del país para unirse al EI. El gobierno dice que ha trabajado en más 250 mezquitas y 50 grupos de fe, repartiendo folletos en cinco idiomas advirtiendo a las personas no viajar a Siria.