En diferentes rincones de latinoamérica se celebró la beatificación de Juan Pablo II. En Brasil, que tiene el número mayor de católicos en el mundo, los creyentes esperan que se propicie una renovación de la iglesia.
"La beatificación renovará la fe de aquéllos que hubieran perdido su camino y que dejaron la iglesia", dijo Adimir Godoy a su salida de una misa dominical en la iglesia de Santa Cecilia, en el centro de Sao Paulo. "El papa Juan Pablo II nos bendijo a todos con su vida y merece ser un santo".
Los argentinos, en tanto, realizaron una vigilia y acompañaron los actos desde el Vaticano a través de pantallas gigantes de televisión. "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo", cantaban los jóvenes que desafiaron el frío en la madrugada argentina tomando la típica infusión local, el mate. En Córdoba, a unos 800 kilómetros al norte de la capital, se expuso el "papamóvil" que utilizó Juan Pablo II en su visita a la arquidiócesis de la ciudad en 1987.
En Quito, Ecuador celebraron la beatificación con una gran misa campal en la denominada "Cruz del Papa", del parque capitalino La Carolina, sitio en el que el extinto Papa se dirigió en 1985 a miles de feligreses.
En Guayaquil, el estadio Monumental, con capacidad para unas 80.000 personas, lucía repleto durante la eucaristía liderada por el Arzobispo de la ciudad, Monseñor Antonio Arregui.
Honduras vivió una intensa jornada en la Catedral Metropolitana de Tegucigalpa. Las autoridades pusieron el nombre de Juan Pablo II a una concurrida avenida, cuando el papa visitó por única vez dicho país el 8 de marzo de 1983. Es de 1.475 metros de longitud.
En Perú, miles de fieles celebraron frente a las principales iglesias de ocho ciudades de la costa del Pacífico, el sur altoandino y la Amazonia que fueron visitadas por el papa polaco en 1985 y 1988.
En Panamá las autoridades de la iglesia Católica panameña colocaron el domingo la primera piedra en donde se levantará una capilla en honor a Juan Pablo II en un acto de celebración por la beatificación del pontífice.
En Chile se agradeció la mediación de Juan Pablo II en el diferendo limítrofe con Argentina, en 1978. En Uruguay, la Iglesia Católica dejó para el 15 de mayo la celebración de una misa campal en la Cruz de Tres Cruces, erigida para la primera visita de Juan Pablo II a Uruguay en 1987.