Retomando una de sus estrategias de la pasada campaña presidencial -en que se hospedaba en casas de barrios populares-, el jueves pasado Joaquín Lavín alojó en la casa de Elia Sánchez, en la población Porvenir bajo de Playa Ancha, en Valparaíso.
Allí, el candidato a senador de la UDI por la V Costa recorrió el barrio de noche y, junto a la familia, vio la serie de TV "¿Dónde está Elisa?". Ya de madrugada -relata- se fue a acostar, pero como la cama era una y los candidatos eran dos, Vasco Moulián -postulante a la Cámara- debió irse a dormir al sillón del living.
Hoy, sin embargo, Lavín deberá hacer una pausa en su campaña para senador y concentrarse en el Consejo General de la UDI que proclamará, por primera vez en su historia, a un candidato presidencial de Renovación Nacional: Sebastián Piñera.
En la ceremonia, que se realizará en el salón de plenarios del Congreso, el ex alcalde tendrá un rol simbólico central, al traspasarle a su ex contendor el desafío presidencial del gremialismo. "Quiero hacer una intervención breve, de carácter simbólico y una vez que Sebastián Piñera ya esté presente en la sala", afirma.
-¿Será difícil para la UDI proclamar a un candidato que no es de sus filas?
Antes hemos apoyado a independientes como Hernán Büchi y Arturo Alessandri. Esta vez es más fuerte que eso, es de RN. Va a ser un momento lleno de sentimientos para la UDI, pero positivos. La gente quiere ganar y Sebastián encarna esa posibilidad. Esta es una coalición que por mucho tiempo han integrado dos partidos y, con elecciones cada cuatro años, lo más probable es que a veces el candidato va a ser UDI y a veces RN.
-Pablo Longueira dijo ayer que fue un error de la UDI no levantar antes una candidatura presidencial propia.
En eso tengo una visión distinta. Los candidatos surgen del apoyo de la gente. Los partidos pueden ponerse como meta proclamar a alguien, pero eso no garantiza nada. Es más bien al revés, los grandes candidatos presidenciales no son fabricados por los partidos, sino que éstos se limitan a consagrar lo que la gente ha manifestado. Esta vez, la UDI no tuvo ese candidato. Es así nomás.
-¿Cuáles serán los ejes de su intervención?
Con Sebastián hemos tenido toda una historia que ha pasado de la unidad a la rivalidad. Ahora es el momento de la generosidad y a eso voy a aludir. Lo de hoy tiene dos símbolos. Uno es decir que hay una coalición unida que dejó atrás sus diferencias, que se unió porque quiere ganar y que somos personas maduras capaces de gobernar Chile. Lo segundo es que no es menor el hecho de que, por primera vez en su historia, la UDI proclame a un candidato presidencial de RN.
-Al candidato, ¿qué le van a pedir?
Bueno, el tercer significado del acto, es que el sentido de la UDI es popular. Y eso tiene que estar presente en esta ceremonia, porque es lo que Sebastián Piñera tiene que recoger.
-¿Cómo esperan que Piñera actúe tras la proclamación?
Tiene que actuar con la ecuanimidad que significa su posición de estar respaldado por los dos partidos. Eso tiene que notarse en una actitud frente a la elección parlamentaria y también en la formación del próximo gobierno.
-Y su campaña, ¿ha sido muy dura?
Las encuestas, como me comentó el sábado mi hijo chico (José Tomás, de 13 años), son auspiciosas, pero es una campaña muy larga.
-¿Volverá a correr la maratón de Nueva York por tercer año consecutivo?
Imposible, porque es en noviembre, en plena campaña. Además, tengo fracturado mi pie izquierdo y, por el momento, mi único desafío es la maratón de Valparaíso, que se correrá el 27 de septiembre. Pero ni siquiera creo que pueda correr los 42 kilómetros, sino sólo 21.
EL DOLOR POR SU HIJA MONJA
Debido a su campaña senatorial, el 2009 será el primer año en que Joaquín Lavín no podrá ver a su cuarta hija, Paulina, de 24 años. En 2003, la joven ingresó a la orden religiosa los Legionarios de Cristo y actualmente vive en un convento en Valencia, España.
Por reglamento, la familia de Paulina sólo puede ir a verla durante una semana, en octubre, pero por la campaña, esta vez sólo irá su madre, María Estela, mientras su padre deberá quedarse en Chile.
"El hecho de que Dios se haya fijado en una hija tuya y le haya dado vocación de servicio es gratificante como papá. Pero desde el punto de vista humano es súper duro, doloroso. Me da un poco de pena. Además, sólo podemos hablar por teléfono, como familia, una vez al mes y las dos últimas veces no he podido hacerlo", cuenta.
La situación contrasta con la de su segundo hijo, Joaquín, quien trabaja activamente en la candidatura y acaba de incorporar un muñeco inflable, copia de Lavín padre, a la campaña. "A él le encanta la campaña. Lo otro es su señora. La Kathy (Barriga) es clave en la campaña. Todo el mundo me pide: 'traiga a su nuera'", relata.