Nunca te comas las papas fritas de tu mujer. Y menos cuando esté bebida. Aparentemente, ésa es la lección que ofrece esta historia. Y es que en el pasado mes de noviembre, en el Reino Unido, más precisamente en Blackburn, se produjo una situación insólita.
Era una cena de amigos, como cualquier otra. Seguramente, los invitados la pasaban bien. Bebían y picaban algo. Se divertían. Hasta que a Simon Hill lo venció el hambre, acaso la ansiedad, y cometió un craso error: se comió todas las papas fritas de la cena.
Error, porque cuando Dianne Margaret Clayton, su novia de 34 años, se percató de lo sucedido, lo abofeteó ante el asombro de sus amigos. Pero no era suficiente. Minutos más tarde, la mujer, fuera de sus cabales, se dirigió a la cocina, agarró un cuchillo y lo clavó en el hombro de Hill.
Si bien la herida que sufrió la víctima sólo fue superficial, debió permanecer una noche internado en el hospital.
En el juicio, la mujer admitió haber apuñalado a su novio, para luego lamentar su inentendible reacción. Finalmente, el pasado jueves, Dianne Clayton fue condenada a 26 semanas de prisión. Todo porque se comieron sus papas fritas…