Los Cleveland Cavaliers se situaron a un triunfo de la final de la NBA al ganar por 114-111 a los Atlanta Hawks después de una prórroga y gracias a la portentosa actuación de LeBron James.

La estrella de los Cavaliers se sobrepuso al cansancio y la deshidratación para firmar unos espectaculares 37 puntos, 18 rebotes y 13 asistencias que permitieron a los locales situarse con 3-0 a favor en la final de la Conferencia Este.

"Soy el líder y no importa cómo me sienta. Tenía que marcar la diferencia", explicó James al finalizar un partido que le sirvió para sumar su duodécimo triple-doble en los playoffs.

"Nunca he visto nada igual en un partido de playoff. LeBron sabía que no podíamos ganar sin él", aseguró David Blatt, el entrenador de los Cavaliers.

Su equipo perdía por dos puntos a falta de 36 segundos para el final de la prórroga cuando James decidió resolver el duelo. Primero, anotó un triple desde una esquina. Después, resolvió con una jugada individual.

Los Hawks tuvieron una última posesión para forzar la prórroga, pero Shelvin Mack erró un triple y el triunfo se quedó en casa.

Si en el Oeste los Golden State Warriors están a un paso de resolver su serie ante los Houston Rockets por la vía rápida, en el Este sucede lo mismo con Cavaliers y Hawks. Ningún equipo en la historia de la NBA remontó un 3-0 en adverso en los playoffs.

"Si el martes salimos con la misma mentalidad con la que hemos jugado el tercer partido, tendremos muchas opciones de clasificarnos", declaró James.

Los Cavaliers jugaron sin el base Kyrie Irving, con una tendinitis en la rodilla izquierda. El australiano Matthew Dellavedova lo sustituyó con garantías y firmó 17 puntos, los mismos que su compañero J.R. Smith.

Jeff Teague hizo 30 puntos y Paul Millshap añadió 22 para unos Hawks que echaron de menos al lesionado Kyle Korver y que en la primera parte perdieron al dominicano Al Horford al ser expulsado tras una disputa con Dellavedova.

"No es la primera vez que él está implicado en una acción sucia", dijo Horford sobre Dellavedova, aunque también admitió su culpa: "Hice una tontería".

Los Hawks, el mejor equipo del Este en la temporada regular, no tienen ya margen para el error y mañana jugarán de nuevo en Cleveland para intentar permanecer con vida. "Nuestro único objetivo es ganar y debemos jugar con el corazón", dijo Horford.