Ocho nuevos sacerdotes y nueve diáconos, miembros de la conservadora la Fraternidad San Pío X, fueron ungidos en una ceremonia realizada en Econe, Suiza, en una ceremonia que el Vaticano consideró "ilegítima".

La misa, celebrada en latín y de espaldas a los fieles, fue oficiada por monseñor Bernard Fellay, uno de los cuatro obispos a quienes el papa Benedicto XVI revocó en enero la excomunión dictada por  Juan Pablo II en 1988, por haber sido ordenados sin autorización  pontificia.

Con las ocho ordenaciones de hoy, el número de religiosos de la Fraternidad en el mundo asciende a 510. Entre los nuevos sacerdotes y diáconos se encuentran 15 franceses, un belga y un  suizo.

Monseñor Bernard Fellay, superior de la Fraternidad San Pío  X, afirmó en la homilía de ordenación realizada en Econe que  "tras el levantamiento de las excomuniones a cuatro obispos  lefebvrianos, la situación es nueva, intermedia y sin dudas imperfecta".

"Estamos sorprendidos de tanto clamor en torno a estas ordenaciones, cuando vemos tantas almas que mueren de hambre espiritual porque no hay religiosos", subrayó durante la  ceremonia.

Al concluir la ceremonia, Fellay afirmó que del Vaticano no llegó "ninguna prohibición explícita" de celebrar las nuevas  ordenaciones de curas lefebvrianos.

Sin embargo, poco después la Santa Sede reiteró a través de  su vocero, el jesuita Federico Lombardi, que las ordenaciones de sacerdotes hechas por los lefebvrianos son "ilegítimas".

"No hay nada de nuevo para agregar respecto a lo que se  explicó en estos días: estas ordenaciones son ilegítimas", aseguró Lombardi.