El Presidente estadounidense Barack Obama confesó el lunes pasado, frente a una multitud en la ciudad de Ann Arbor, Michigan, que se sentía un poco"nostálgico" al recordar cómo en 2008 había tomado el escenario político estadounidense al conquistar a las masas con su famoso lema Yes We Can. La alusión al pasado, en el último día de la campaña por la Casa Blanca, tenía como fin intentar convencer a los votantes de ese estado clave, de inclinarse por la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton.
El mismo Obama había ganado ese estado en sus dos elecciones presidenciales, en 2008 y en 2012.
Pero en esta ocasión, Michigan fue uno de los estados en los que el magnate inmobiliario Donald Trump, logró una sorpresiva victoria y que finalmente lo llevó a hacerse con la Presidencia.
La derrota de Clinton en Michigan, que la campaña demócrata daba por ganado, es un ejemplo de cómo el legado de Obama, que en 2008 trajo vientos de cambio no sólo en el país, sino que enbuena parte del mundo, comienza a ensombrecerse por la llegada de Trump a la Presidencia.
El mandatario fue una de las figuras clave durante la campaña y estuvo activo hasta el último momento. Tanto él como su esposa, Michelle, protagonizaron mítines en distintos estados clave e intentaron convencer a los ciudadanos de continuar con su legado votando por Hillary Clinton.
Sin embargo, el gobernante, considerado uno de los políticos más carismáticos de los últimos años y quien atraía a las masas en 2008 como un rock star, no logró traspasar su popularidad a Clinton. El mandatario es más popular en estos momentos que cuando fue reelegido en 2012. Entonces tenía 51% y ahora, 56%, según Gallup.
Pero Donald Trump es un personaje tan opuesto a Obama, además de controversial, que su victoria amenaza con enterrar el legado del primer Presidente negro de la historia en Estados Unidos.
Mientras que muchas delas banderas del político demócrata estuvieron relacionadas con la inclusión, Donald Trump llega a la Presidencia con promesas nacionalistas.
Entre ellas, la amenzada de expulsar a más de 11 millones de inmigrantes indocumentados, la propuesta de construir un muro de más de 3.000 kilómetros en la frontera con México y la amenaza de prohibir la entrada de todos los musulmanes a suelo estadounidense.
Obama también deja muchas deudas pendientes, pero también algunos aciertos que han sido reconocidos por la comunidad internacional. El mandatario, que en 2009 ganó el premio Nobel de la Paz, inició el proceso de descongelamiento de las relaciones con Cuba y logró el acuerdo con Irán por su programa nuclear.
Otra de sus iniciativas más aplaudidas que podrían esfumarse es la aprobación del Acta de Protección al Paciente y el Cuidado Asequible, más conocido como Obamacare, una reforma que extendió la protección de la salud a los sectores más vulnerables. Donald Trump prometió derogar esta legislación.
"Todos queremos lo mejor para este país. Eso es lo que escuché en las declaraciones de anoche del señor Trump, lo que escuché cuando hablé con él directamente, y estoy alentado por eso", aseguró ayer Obama en su primera comparecencia tras las elecciones. "Espero que Trump mantenga ese mismo espíritu", agregó el mandatario.