Una vez Bob Dylan dijo "si no fuera Bob Dylan me gustaría ser Leonard Cohen". Ambos músicos construyeron el camino de la música popular forjada en las letras de una realidad social en plena Guerra Fría, denunciando a una sociedad esclavizada por el capitalismo y la indiferencia a través de la música poetizada. Y es eso lo que le valió el Nobel a Dylan y unas varias postulaciones a Cohen que, a diferencia de su compañero, viene publicando libros desde 1956, donde debutó con Let Us Compare Mythologies, un compilado de poemas que fue el primer paso para una carrera que se frenó con Book of Longing el 2006, donde mezcló la poesía con el dibujo.
Siempre fueron comparados. El nombre de Cohen no podía oírse sin que sonara también el de Dylan, o viceversa. Ambos tienen cosas en común, pero al mismo tiempo son muy distintos. Pese a esto, hoy no hay atisbo alguno de rivalidad.
Durante la presentación del último disco, en Los Ángeles, del cantante de 82 años, You Want It Darker, el poeta manifestó su alegría con la decisión del jurado del Nobel al premiar a Dylan con el galardón. "Para mí – dijo - es como poner una medalla al monte Everest por ser la montaña más alta".
Pese a la controversia que ha generado la entrega del premio Nobel de Literatura al compositor de Minnesota, la Academia Sueca defendió la decisión argumentando que el premio se le otorga por "crear nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la música norteamericana".
Por su parte, anoche el ganador dio un concierto en Las Vegas, pero no se refirió al tema. En realidad no habló, solo cantó su extenso repertorio.