Muchos culpan a Dan Brown, el autor del libro bestseller El código Da Vinci, publicado en 2003, de abrir un nuevo camino de misterios listos para ser resueltos por los amantes de la obra de Leonardo Da Vinci, además de crear una franquicia cinematográfica que le trajo jugosos dividendos. Sea cual sea la razón de esta fascinación, lo cierto es que en la última década no ha existido un año en que no apareciese un Robert Langdon de la vida real con algún descubrimiento sorprendente, ya sea éste un cuadro recientemente encontrado con el sello Da Vinci; una intrincada teoría sobre los simbolismos en sus pinturas o el tema predilecto de los expertos: la identidad de la Mona Lisa.
Esta semana fue el turno del experto italiano, presidente del Comité Nacional para la Valorización de los Bienes Históricos y Culturales de Italia(CONVAB), Silvano Vinceti, quien aseguró haber hallado en el cuadro de la Virgen de las rocas, custodiado por el Museo del Louvre, la imagen oculta de un perro con correa, el que simbolizaría la denuncia de Leonardo contra la corrupción del papado de la época. El hallazgo de la imagen se hizo gracias a la tecnología moderna: un lente de aumento especial y un software capaz de escanear y aislar elementos de la superficie de la obra, las mismas herramientas que permitieron que en 2010, Vinceti también descubriera la letra S y la letra L, escondidas en el ojo izquierdo y derecho, respectivamente, del retrato de la Mona Lisa. Esto, según el italiano, arrojaba nuevas pistas sobre la identidad de la modelo: la L correspondería a Lisa Gherardini, esposa del comerciante florentino Francesco del Giocondo; y la S a Salai, discípulo predilecto y modelo ocasional de Leonardo para otras obras como San Juan Bautista (1513). Así, Vincenti afirmó que el retrato más famoso del mundo tendría una doble identidad masculina y femenina, lo que podría explicar el misterio que hasta hoy esconde su sonrisa.
Por supuesto, las teorías de Vinceti no son del todo aceptadas por la comunidad de expertos de Da Vinci. Uno de los detractores más enérgicos es el británico y profesor emérito en Historia del Arte del Trinity College en Oxford, Martin Kemp, quien consultado por La Tercera, echó por suelo la credibilidad del italiano. "Se autoproclama jefe de un comité con un nombre que suena muy oficial (CONVAB), pero el mismo Ministerio de Bienes Culturales y Ambientales de Roma ha confirmado que el Convab no tiene estatus oficial. Vinceti tiene antecedentes de ver imágenes secretas en la Mona Lisa, pero no es un historiador creíble sino un intérprete de acrobacias históricas encaminadas a generar publicidad", afirma Kemp. "Esto también es un fantasía. No es que haya imágenes de alta resolución del supuesto perro y la pregunta más interesante es por qué Leonardo estaba ocultando imágenes secretas esperando a que algún astuto apareciera 500 años después", ironiza sobre el hallazgo en la Virgen de las Rocas.
Sin embargo, el mismo Kemp ha hecho descubrimientos que luego han sido ampliamente discutidos; como el retrato en papel vitela y tizas de colores, que él bautizo como La bella principessa, la que estuvo dando vueltas por el mercado de subastas como una obra alemana del siglo XIX y que en 2009 el británico autentificó como parte de la producción de Leonardo. En 2011 publicó un libro con su investigaciónque tenía como principal respaldo los análisis de Pascal Cotte (que también ha trabajado con Vinceti), científico inglés y fundador de la compañia Lumiere Technology de París, quien determinó, tras usar tecnología digital y carbono 14, que la obra habría sido realizada en 1495, época en que el artista italiano trabajaba bajo las órdenes del mecenas y duque de Milán, Ludovico Sforza. La hipótesis de Kemp, es que la retratada sería su hija, Bianca Sforza, y que la obra habría sido parte de un antiguo libro familiar guardado por la Biblioteca Nacional de Polonia en Varsovia, al que efectivamente le faltan hojas. Expertos como el italiano Carlo Pedretti de la U. de California o Nicholas Turner, ex curador del Museo Getty, respaldan a Kemp. Otro puñado duda, como la curadora del Metropolitan de Nueva York, Carmen C. Bambach, quien justamente en diciembre pasado respaldo la autoría de Leonardo sobre un desconocido dibujo del martirio de San Sebastián, que estaba en poder de un coleccionista médico. De inmediato, la pieza subió de valor a 15 millones de euros.
Por su parte, Silvano Vinceti se defiende de Martin Kemp. "Una buena parte de nuestros descubrimientos han sido posibles por el uso de nuevas técnicas que los historiadores como Kemp no utilizan y no conocen en su gran potencial. La bella principessa carece de una reconstrucción histórica seria, además de que es inusual que Leonardo use pergamino como base (su material clásico era la madera)", sostiene el italiano a La Tercera. "Aunque algunos historiadores del arte se presentan como los mayores expertos en Leonardo, creo que la certificación de autenticidad ha sido precipitada y superficial en muchos casos".
La discusión parece interminable si se tiene en cuenta que en la mayoria de los casos es poco probable llegar a un acuerdo total: aunque es uno de los personajes más abordados de la Historia del Arte Universal, lo cierto es que Leonardo está cubierto por un manto de mitos y especulaciones.
Nacido en Vinci, en 1452, Leonardo fue además de pintor, anatomista, escritor, ingeniero, inventor y botánico. Es una multiplicidad de cualidades que lo transformaron en símbolo del hombre del renacimiento, ávido de conocimiento. Aunque su trabajo como pintor es el más reconocido, Da Vinci se adelantó al diseño de creaciones tan modernas como el helicóptero, el submarino y el automóvil. De su vida privada poco se sabe, pero algunos han especulado que por la cercanía que tenía con sus alumnos Salai y Melzi, habría sido homosexual, con aportes interesantes a la estética andrógina en algunos de sus retratos. También se dice que habría sido vegetariano y un excelente músico. Además, siendo zurdo, todos los diarios que escribió los hizo usando la escritura en espejo, es decir al réves.
"Leonardo escapa a toda clasificación y al intento de conocerlo de forma exhaustiva. Es un laberinto complejo, pero la historia nos enseña que hay nuevos hallazgos que pueden salir a la luz y que podemos esperar sorpresas en un futuro próximo", dice Vinceti.
En eso sí está de acuerdo Kemp, quien tiene en el horno por lo menos tres novelas sobre el autor de La última cena. En junio lanzará un libro sobre la Mona Lisa y está escribiendo otros dos: Living with Leonardo y otro sobre Salvator mundi, otro cuadro recientemente aparecido -ahora propiedad de la National Gallery- y autentificado dentro de las obras de Da Vinci en 2011 por el doctor en Historia del Arte de la U. de Columbia Robert Simon. Esta obra, por supuesto, también divide a Vinceti y Kemp. El primero dice que "tiene una historia creíble, pero que carece de análisis científicos" y se apoya en el escepticismo de Carlo Pedretti, otro experto que afirma que la obra corresponde a la época y técnica de Leonardo, pero probablemente fue hecha por un discípulo suyo. Martin Kemp sostiene en forma vehemente que es "la primera pintura indiscutiblemente de Leonardo que ha aparecido en 100 años".