Aunque prefiere hablar de literatura y de su obra, no evita referirse al momento que traviesa su país, Cuba. Leonardo Padura (La Habana, 1955) lo define como un "compás de espera", antes del retiro anunciado de Raúl Castro de los órganos de gobierno en 2018. Padura, uno de los escritores más exitosos del último tiempo y quien asistió días atrás en Managua al festival literario Centroamérica Cuenta, conversó telefónicamente con La Tercera desde la capital nicaragüense sobre el ambiente que se percibe en Cuba con la llegada de Donald Trump, la temática de la Revolución Cubana en la literatura de la isla y sobre sus nuevos proyectos.
¿Cómo ve la Cuba actual? ¿Usted percibe que hay una transición, una transición hacia algún lado?
Lo que yo percibo es que hay un compás de espera, que tiene una fecha que es muy significativa, que es febrero del año próximo, cuando Raúl Castro dejará la jefatura del gobierno y del Estado, y se designe o elija, no lo sé, un nuevo Presidente. Hasta 2021, cuando habrá un nuevo congreso del Partido (Comunista de Cuba), supongo que Raúl quedará al frente del Comité Central, como secretario general, y un poco seguirá estando al frente de los destinos del país, porque el partido es el principal instrumento político en Cuba, aunque no en las decisiones administrativas. Por lo tanto estamos en un compás de espera que también se vincula con lo que pueda ocurrir con el gobierno de Trump en los próximos meses o años.
¿Se siente un ambiente distinto desde la llegada de Trump?
No, hasta ahora Trump apenas se ha referido a Cuba y todo está más o menos en la misma situación en que lo dejó Obama. Son unas relaciones que tienen cierta frialdad porque todavía el tema del embargo sigue existiendo, entonces no puede haber normalidad. Ahí están en esa situación, esperando ver qué camino toma Trump, que puede ser de acelerar el proceso de acercamiento, congelarlo o incluso revertirlo.
¿Para usted, como escritor, el proceso de reformas impulsado por Raúl Castro ha implicado algo distinto, para abordar otro tipo de temas?
Yo, personalmente, como escritor he hecho mi obra tratando de expresar lo que cada momento he necesitado. A veces pensando incluso que lo libros no se publicarían en Cuba, pero se han publicado todos, algunos en ediciones muy pequeñas, algunas de esas ediciones a veces no han circulado bien o incluso no han circulado, pero se siguen reeditando algunos libros en condiciones un poco precarias por la situación económica del país, que no hay mucho papel, la industria poligráfica no está en las mejores condiciones. Pero por otra parte sigue habiendo una política cultural que a partir de los años 90 abrió posibilidades, abrió espacios, que yo pienso que no son espacios suficientes, no son todos los espacios que deberían existir y por eso pueden haber incluso actos de censura, como ocurrió con la película Regreso a Itaca que yo escribí el guión, que pueden seguir ocurriendo.
¿Cómo se define usted como escritor en el contexto cubano? No es un escritor oficial ni tampoco uno disidente.
Como un escritor que trata de ser lo más independiente posible, que trata de hacer su trabajo del modo más responsable posible, tanto en lo literario como en lo social, sin intenciones de participar directamente de la vida política. Mis libros tienen muchas lecturas. Una de esas es una lectura política, pero no es la primera ni es mi intención que así sea, sino que tenga una lectura literaria y que tenga un espacio en la reflexión social que hay en el país.
¿Cree que la Revolución Cubana seguirá marcando la literatura de su país o es algo que se está agotando?
Lo que se conoce como Revolución Cubana es todo el período que ha transcurrido desde 1959 hasta acá y por lo tanto es más de una cuarta parte de la historia de Cuba como entidad diferente: la colonia, la república, la revolución. Por supuesto creo que se va a escribir durante muchos años de ese tema. Yo escribí una novela que buena parte de ella se desarrollaba en el siglo XIX, es decir, que no sería nada raro que se escribiera mucho solo lo ocurrido del 59 en adelante.
La ola de emigración cubana ha sido muy fuerte durante muchos años. ¿Usted pensó irse de Cuba? ¿Se le ha pasado por la cabeza?
En los años 90, cuando se vivió una crisis económica tremenda en el país, faltaba la comida, la electricidad, el transporte, las medicinas, mucha gente emigró y mucha gente pensó en emigrar. Yo tuve la posibilidad de hacerlo, salí varias veces de Cuba, incluso viajé con mi esposa, y nunca estuvo en mis planes salir a vivir fuera de Cuba. Me pasa como a todo el mundo, voy por una playa de la costa catalana y me digo 'como me gustaría venir a vivir aquí y pasarme dos o tres años viviendo y escribiendo', pero ese es un sueño que uno sabe que no va a realizar porque yo tengo una conexión muy fuerte con Cuba, por mi personalidad, por mi carácter, por mi familia, pero también por mi oficio. Yo soy un escritor cubano y yo necesito Cuba para escribir.
¿En qué está trabajando ahora?
Estoy terminando una novela que se publicará a principios del año próximo por mi editorial de los últimos 22 años, Tusquets Editores de Barcelona. Se llama La transparencia del tiempo, que es una novela en la que recupero mi personaje Mario Conde y ocurre en 2014.
¿Hay planes de filmar más episodios de la miniserie Cuatro estaciones en La Habana, que aquí se puede ver en Netflix?
Hay proyectos que se está discutiendo, se están buscando autorizaciones de rodaje en Cuba, que a veces eso puede ser bastante complicado, se están escribiendo algunos textos, y esperamos que sí, que se pueda hacer algunos capítulos más.