Está al otro del Atlántico cuando responde el teléfono. Pide un minuto de espera. Antes de comenzar a hablar quiere tener los cigarros a mano. No los encuentra. Leonardo Padura (1955) lleva algunas semanas en España. Su primera parada fue el Festival de Cine de San Sebastián para presentar Vientos de La Habana, película protagonizada por Mario Conde, el detective que protagoniza su saga narrativa.
Ya están los cigarros cerca del auricular. Hace una semana Padura estaba en Madrid. A los pocos días regresaba a Cuba. Al lugar que ha sido su hogar desde la infancia, ubicado en el barrio habanero de Mantilla. Allí espera finalizar el último capítulo de su nueva novela de la serie de Mario Conde. Se llamará La transparencia del tiempo.
"Luego comienzo una gira sudamericana durante tres semanas. Estaré en Argentina, Uruguay, Brasil y Chile. Después voy a la Feria del Libro de Guadalajara y luego pretendo refugiarme en mi casa de Mantilla y así emprender una segunda versión de la novela", dice Padura, quien participará en el Festival Puerto de Ideas, que se efectuará entre el 11 y el 13 de noviembre en Valparaíso.
Autor de elogiadas novelas como El hombre que amaba a los perros (2009) y Herejes (2013), y de los relatos Aquello estaba deseando ocurrir (2015), Padura también ha escrito guiones para cintas como Regreso a Ítaca, dirigida por el francés Laurent Cantet.
Ahora, el narrador no solo regresa al cine con Vientos de La Habana, a cargo de Félix Viscarret, con el actor Jorge Perugorría como Mario Conde; además se estrenará una serie televisiva basada en su tetralogía Cuatro estaciones. Protagonizada por Conde, la saga se compone de Vientos de cuaresma (para el cine y televisión titulada como Vientos de La Habana), Pasado perfecto, Máscaras y Paisaje de otoño. La serie que reúne las cuatro cintas, de 90 minutos cada una, será emitida por TVE en España y por Netflix en América, programada para el 2017.
A fines del año pasado Padura también estuvo en España. Viajó a recibir el premio Princesa de Asturias de las Letras 2015. Antes de él lo obtuvo el autor irlandés John Banville y este año el narrador estadounidense Richard Ford.
Una Virgen negra
El actor cubano Jorge Perugorría ha actuado en cintas como Fresa y chocolate y Guantanamera. Ahora es Mario Conde, el policía amante del ron, las mujeres y la literatura.
"Creo que es un Conde verosímil, con ese cansancio, desencanto y melancolía, pero a la vez con esa capacidad de acercarse a las personas que lo rodean en la historia y también tender un puente hacia los espectadores", señala Padura sobre su personaje llevado al cine.
En un momento de la película Conde dice que La Habana "de tanto decaer se fue a la mierda"...
Bueno, si nos remitimos a la relación actual con EEUU, esto recién se ha iniciado con un acuerdo político y diplomático, pero falta la parte esencial para que el sistema empiece a moverse, que es el acuerdo económico. Y esto no ocurre porque el embargo sigue existiendo. Entonces se ven muchos norteamericanos en Cuba, más de los que se veían hace dos años, pero todavía esos norteamericanos no pueden viajar como turistas porque la ley del embargo se lo impide. El país necesita mucho de hombres de negocios con posibilidades de ayudar en el movimiento de la economía cubana, que tiene una enorme carga de ineficiencia, un gran atraso en la infraestructura y necesita mucho capital para que comience a verse un cambio por lo menos en la vida cotidiana de las personas.
Cuando recibió el premio Princesa de Asturias dijo en su discurso que "ser escritor ha sido una bendición, que he asumido como una responsabilidad artística y civil". ¿El compromiso es total hacia la literatura y la sociedad?
Soy escritor y periodista y en los últimos años he dejado de ser un poco periodista, porque me di cuenta de que el periodismo estaba absorbiendo gran parte de mi tiempo. Corté algunas colaboraciones sistemáticas y otras esporádicas, cuando comencé a trabajar en los guiones para la serie. Pero en mi literatura y en mi periodismo hay siempre una preocupación por la sociedad cubana. Mi aspiración es que mis novelas funcionen como un producto artístico con un valor estético, pero también como una crónica posible de la vida cubana. A veces es una crónica que no coincide con determinadas visiones y discursos políticos oficiales, pero es mi visión de la realidad en la que habito. Podría haberme instalado a vivir en España, Estados Unidos, Argentina, Chile, pero yo he decidido vivir y escribir en Cuba y así participar en el debate social cubano.
¿Y en Cuba lo invitan a participar en radio o televisión?
Ocurre muy poco. Salgo más en la televisión española, argentina y colombiana, que en la televisión y la radio cubana. Mis opiniones parecen que no gustan demasiado y mi visibilidad en Cuba no se corresponde con la que tengo en otras partes del mundo a partir del trabajo que he hecho todos estos años.
¿Hay nuevas generaciones de escritores cubanos que le interesen?
Cuba es un país muy literario, pero recuerda que desde el siglo XIX la gran manifestación literaria es la poesía. Yo creo que pasa un poco como en Chile: somos unos cuantos narradores rodeados de muchísimos grandes poetas. Ahora en la época de Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Lezama Lima, Nicolás Guillén, la poesía tenía mayor visibilidad. Hoy un gran poeta como Raúl Zurita es mucho menos visible que muchos de estos nombres que te he dicho. En el caso de la narrativa en Cuba muchos escriben relatos breves que cuesta que interesen al mercado editorial.
Su novela Herejes (sobre judíos en Cuba) le demandó mucho trabajo de investigación. ¿Ha sido similar con su nuevo libro?
Es una nueva historia de Mario Conde que tiene una línea histórica, que va desde el presente a un pasado bastante remoto. Llego al año 1291. Es una narración que parte con el conflicto social cubano más actual, que tiene que ver con los cambios que se han producido en el tejido social cubano en los últimos años. Esto se relaciona con la historia de una Virgen negra catalana, que la tiene heredada un amigo de Conde, a quien se la roban. Así es como Conde se hace cargo de esta investigación y sale a recorrer La Habana.