Luego de dos meses y medio, las autoridades de Bahrein decretaron levantar el estado de excepción.
Según relataron algunos testigos, en la capital, Manama, se retiraron los tanques y soldados que estaban apostados en plazas y calles. Sin embargo algunas vías aún siguieron cortadas por la policía y la guardia nacional y en la capital existía un alto grado de nerviosismo.
Hoy volvieron a registrarse algunas pequeñas protestas en pueblos chiítas, según informaron algunos testigos y medios de comunicación. La policía empleó gases lacrimógenos para dispersarlas.
Según fuentes oficiales, 24 personas murieron desde el inicio de las protestas, el 14 de febrero. Cuatro activistas fallecieron en prisión y cientos de opositores al régimen fueron arrestados o perdieron sus trabajos. Ayer, el rey Hamad bin Issa al Jalifa anunció un diálogo con todos los grupos políticos del país.
En febrero los manifestantes reclamaron más poder para el Parlamento. Las fuerzas de seguridad desalojaron la plaza de La Perla por la fuerza, lo que provocó una escalada del conflicto y que surgieran las primeras llamadas al fin del reinado de la familia sunita Al Jalifa.