Señor director:
En el contexto de la implementación de la Ley de Estacionamientos, el alza de los precios y el llamado a protestar de Conadecus, habría que plantear tres cosas.
Desde el punto de vista urbano y de eficiencia del espacio público, tener auto, circular y estacionar no es un derecho, es un privilegio. Cada dueño de automóvil debe pagar por la utilización de la vialidad y por contaminar el aire que todos respiramos.
En un contexto de libre competencia, una empresa que provee el servicio de estacionamiento puede cobrar lo que estime conveniente definiendo el precio respecto de la oferta y la demanda, y estimando la capacidad de pago de sus usuarios. (Tema aparte es la colusión de precios).
Otro aspecto a discutir son los servicios de salud, y aquí me quiero detener: nadie va a pasear o a recrearse a una clínica u hospital. Salvo para los nacimientos, asistir a estos centros no es grato. Aunque muchas personas insisten en que existe el mercado de la salud, el acceso a ella es un derecho básico. Entonces, lucrar o generar utilidades con el cobro de estacionamientos en estos establecimientos, es derechamente usura.
Antes de discutir respecto de la necesidad de circular y estacionar individualmente en la ciudad, lo importante es recalcar que la salud no responde a la lógica de mercado. Como ya se dijo, es un derecho y cobrar por acceder a él no es ético. Ahora que nuestros parlamentarios van a proponer modificaciones a la ley, sería bueno revisar este ítem, recordarles que los centros de salud sí cobran por estacionar, deberían ampliar su giro de negocio y pagar renta e IVA por este servicio. Pero, lo más importante sería detenerse a pensar alguna vez en el bien común -que no excluye ni discrimina- y legislar en base a ello.
Isabel Serra B.
Académica Laboratorio Ciudad y Territorio U. Diego Portales