Luego de un año de difusión, hoy entra en vigencia la normativa que exige que los menores de nueve años que transiten en vehículos livianos utilicen un sistema de retención infantil.
Ante las dudas que se han generado en torno al proceso de fiscalización que determinará la correcta edad y peso de los menores y la capacidad adecuada de las sillas que los sostengan, el subsecretario de Transportes, Carlos Melo, afirmó que "Carabineros nos ha señalado que están dispuestos a aplicar un criterio caso a caso y evaluar la pertinencia de la infracción".
Ante la petición de algunos parlamentarios de que la normativa tuviera una "marcha blanca", la nueva ministra de Transportes, Paola Tapia, afirmó que "hemos informado a Carabineros de esa solicitud y ellos nos ha dicho que las normas se tienen que aplicar, pero que también se van a hacer parte de continuar con esta labor educativa". En la misma línea, Gabriela Rosende, secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), añadió que las multas podrán ser cobradas, "pero siempre con el criterio necesario y el componente educativo, de lo que significa ir asentando una norma en el tiempo, porque no es automático".
En cuanto a los aspectos para cursar una infracción, Melo explicó que "un cinturón de seguridad que pasa por el hombro o por la cintura del niño es un cinturón que protege en forma adecuada, mientras que uno que pasa por el cuello del menor, no lo es. Y por lo tanto, ese es el mecanismo práctico que Carabineros va a utilizar".
En el caso de los padres que tienen tres o más hijos, el subsecretario subrayó que "es posible que tres niños vayan en el asiento trasero del vehículo. Existen sistemas de retención de diferentes tamaños y, por lo tanto, lo importante es buscar los sistemas que se adaptan a esa realidad".
Aumento en las ventas
"Las sillas butacas están prácticamente agotadas. Hemos tenido que vender incluso las que están en vitrina". Ese es el balance de Sergio Cid, jefe de ventas en la tienda Baby Infanti, de la calle Bandera. Lo mismo ocurre en el local de Costanera Center, en donde, de los 20 modelos que tenían disponibles, sólo quedan 11 con stock en bodega.
"En los últimos días hemos vendido entre 15 y 20 sillas por fin de semana. Eso es casi un 50% más de lo habitual", explicó Bárbara Martínez, subjefa de la tienda. "Los papás empezaron a comprar con tiempo, porque muchos previeron que se podían agotar", añadió.