Un grupo de científicos de la Universidad de Zurich, liderados por el biólogo Rassim Khelifa, demostraron por primera vez que las libélulas hembra realizan una técnica llamada "simulación de muerte sexual" para evadir cortejos indeseados por parte de machos demasiado agresivos.
El estudio contempló la observación constante de 31 libélulas hembra, luego de que el biólogo se diera cuenta, por casualidad mientras realizaba otro estudio, que las hembras fecundadas de la especie Aeshna Juncea -también conocida como libélula Hawker- de vez en cuando dejaban de volar, caían al piso y quedaban inertes algunos segundos.
Tras observar a las libélulas, Khelifa se dio cuenta que 27 de las 31 usaron la técnica de fingir que estaban muertas cuando se acercaban machos con intención de aparearse y fecundarlas. La mayoría de las veces, se trataba de hembras que ya habían sido fecundadas, ya que aumentar el número de huevos alojados en su cuerpo puede ser peligroso para su propia supervivencia, por lo que para proteger su vida y la de sus futuras crías, decide lanzarse al suelo.
La explicación del comportamiento tendría que ver con la vista de las especies, la cual no puede distinguir al cuerpo de otro insecto si este está sobre un piso de con pasto o vegetación. Sólo cinco especies, incluyendo la mantis religiosa, son conocidas por fingir su muerte para evitar encuentros sexuales.