Se encendieron las redes sociales y sólo faltó una marcha por la Alameda. Fue en junio del año pasado cuando se anunció el cierre de librería Qué Leo: un ícono del Drugstore de Providencia.
El dueño del local arrendaría el lugar a una farmacia. Eso fue quizá lo que causó más ira del público lector. Aparecieron notas en la prensa y Twitter consignaba la molestia como trending topic.
"Llegó un cliente que es dentista y me ofreció este espacio", dice hoy Juan Carlos Fau (40), creador de Qué Leo, desde la nueva tienda ubicada en Pedro de Valdivia 40, donde están instalados desde hace cuatro meses.
Hace una década Fau abrió el primer espacio de Qué Leo, en un local de 50 m2, en calle Las Urbinas, a un costado del Drugstore. La librería creció. Tiene su propia editorial, venden productos como tazones y han sumado nuevos puntos como franquicia. Para celebrar los 10 años, hace un par de semanas hicieron un recital del poeta Raúl Zurita acompañado de la banda González & Los Asistentes.
Desde su creación, la librería se ha transformado en una marca reconocida, donde se agradece la atención de su propio dueño.
¿Qué más atrae a la gente? "Es una librería transversal", dice Fau, quien no teme ofrecer a sus clientes autores bestsellers, como Isabel Allende, y obras más "literarias", como títulos de la editorial Anagrama. "¿Quién soy yo para decirle a la gente lo que no tiene que leer?", se pregunta. "Si ya tenemos un país segregado, para qué vamos a tener librerías segregadas", agrega Fau, periodista de profesión y conductor del programa Un país generoso de radio Zero, junto a Iván Guerrero y Werne Núñez.
El dueño de Qué Leo grafica su actitud con un ejemplo: "Si Checho Hirane escribe libros y en el orden alfabético queda al lado de Siri Hustvedt, ¡es cosa de que aprendan a convivir!", dice en broma y en serio sobre el humorista chileno y la escritora estadounidense, esposa de Paul Auster.
Clientes habituales de la casa principal de Qué Leo son el ex Presidente Ricardo Lagos y los políticos José Antonio Kast, Claudio Orrego y Andrés Velasco. Además de los cantautores Gepe, Manuel García y los escritores Pablo Simonetti, Gonzalo Contreras y Roberto Merino. Para la anécdota: el ahora diputado Gabriel Boric trabajó como vendedor de la librería.
En su trayecto en Qué Leo se han realizado desde stand-up comedy hasta presentaciones de libros. Desde novelas de Germán Marín hasta masivos encuentros con la llegada de la trilogía erótica Cincuenta sombras de Grey.
Abriendo puertas
Por cinco años fue vendedor de la Feria Chilena del Libro, pero cuando cumplió 30, Juan Carlos Fau decidió tener su propia librería. "Cuando eres vendedor se empieza a repetir la pregunta '¿Qué leo?'. Ahora esa es mi marca y yo tengo que dar esa respuesta", dice sobre el nombre que ya es una marca registrada.
Hace tres años nació su primera franquicia en el centro comercial Apumanque (Las Condes). Le siguió una tienda en el barrio Italia (Providencia) y dos en un stripcenter de Ñuñoa. Hace un mes abrió una Qué Leo en Maipú. "No es menor en una comuna donde abundan los locales de comida china", dice Fau, y celebra que el 2 de junio el ex árbitro Iván Guerrero abrirá una sucursal en Vitacura. En agosto será el turno de La Florida y un mes después vendrá la apertura de una Qué Leo en Puerto Varas.
Pero el librero también sabe de fracasos. En 2011, tras un par de meses de funcionamiento, debió cerrar el local que instaló en Bellavista. "Era bonito, nos esmeramos, las paredes eran de ladrillos, pero fracasamos rotundamente. Es un sector donde el schop triunfa", dice, en referencia a los locales vecinos donde venden cervezas de litro a la mesa.
Otra tienda franquicia que cerró hace poco fue en calle Merced, debido a que el dueño encontró un trabajo fuera de la capital. ¿Cómo instalar una librería Qué Leo?
"Poner una librería no es tanto capital, es más barato que comprar un taxi con patente. El problema es dedicarte a mantenerla", dice Fau, quien debe ser uno de los libreros más reconocidos de Santiago, junto con Sergio Parra, de Metales Pesados.
Aquella librería, ubicada en José Miguel de la Barra, fue el destino elegido por Paul Auster y el premio Nobel sudafricano J. M. Coetzee cuando visitaron Santiago, a fines de abril. "Yo simplemente no hice la gestión para que vinieran a Qué Leo", cuenta Fau, quien días después presentó en Pedro de Valdivia Dispara, yo ya estoy muerto, el último bestseller de la novelista española Julia Navarro.
De trato personalizado con sus clientes, ha logrado fidelidad a la marca: "Yo les digo: 'Si no tienes dinero para un libro, no me compres; pero cuando tengas, trata de comprármelo a mí'", señala en su tienda, donde hay un sillón rojo con una serie de cojines estampados con rostros. Uno tiene la cara de Julio Cortázar. Otro a Roberto Bolaño, a Michel Houellebecq y al Presidente de Uruguay, José Mujica.