Un liceo católico privado de La Rochelle, en Francia, comenzó hoy a tomar muestras de ADN a 527 personas para investigar la violación de una de sus alumnas, de 16 años, el pasado 30 de septiembre en los baños del centro educativo. 

La vasta operación, que durará hasta el próximo miércoles, se llevará a cabo en las instalaciones del propio liceo Fénélon-Notre Dame, en el que estudian 1.300 alumnos. Sin embargo, la Liga de Derechos Humanos calificó esta medida como "desproporcionada".

Para dar con el presunto violador, los investigadores extraerán muestras de saliva y cotejarán los resultados del ADN con los restos genéticos que el agresor dejó sobre la ropa de la menor cuando la violó en los servicios del liceo. Los análisis, cuyo costo total rondará los 7 mil dólares, se realizarán en un laboratorio de Lyon (este), y sus resultados se conocerán dentro de un mes, mientras que los que den negativo serán destruidos.

¿QUIENES SERAN ANALIZADOS?

475 estudiantes, 31 profesores y otras 21 personas empleadas por el centros serán sometidos a la prueba, después de que la fiscalía cotejara infructuosamente el ADN del presunto violador con los de los cercanos de la niña y el fichero nacional automatizado de huellas genéticas.

En el caso de los menores se ha necesitado un doble consentimiento, el suyo propio y el de sus padres, para que se sometan a la prueba genética, que llevarán a cabo policías vestidos de civil.

Los investigadores no podrán obligar a nadie a someterse a la prueba, pero avisan de que aquellos que se nieguen se convertirán en "sospechosos potenciales" a quienes se podría ordenar registrar o detener.

El presidente de la Liga de Derechos Humanos, Pierre Tartakowsky, consideró que la medida es "desproporcionada, amenazante y traumatizante" porque "los que no tienen nada que reprocharse no pueden negarse". "¿Por qué el rechazo se convertiría en una confesión de culpabilidad?", se preguntó Tartakowsky.

Por su parte, la fiscal del caso, Isabelle Pagenelle, indicó hoy en una rueda de prensa que "nadie se ha negado por ahora" a someterse a los exámenes, que se han desarrollado "sin dificultades, desde la calma y la serenidad".

La representante del Ministerio Público defendió el procedimiento con el argumento de que hay "una probabilidad muy alta" de que el agresor "sea del interior" del centro.

Se trata de una iniciativa poco habitual, pero que en Francia cuenta con precedentes: se ha realizado en 1997, 2003 y 2004, en casos de violaciones y desapariciones de menores.