El miembro de un poderoso clan y principal sospechoso de haber planeado y ejecutado la masacre de 57 personas en el sur de Filipinas se rindió hoy a la Policía, anunció el jefe del cuerpo, general Jesús Verzosa.
Andal Ampatuan Jr, hijo del gobernador del mismo nombre, se rindió al asesor presidencial Jesús Dureza en la capital provincial de Maguindanao horas después de que fueran detenidos al menos 20 de sus sicarios en relación a la tragedia.
Durante la misma operación, las fuerzas de seguridad tomaron el control de la capital y las ciudades de Ampatuan y Shariff Aguak, y desarmaron a unos 200 integrantes del ejército privado de la familia del cacique.
Andal Ampatuan Jr., alcalde del municipio de Datu Unsay está acusado de haber capitaneado a los pistoleros que cometieron los asesinatos.
El presunto jefe de la matanza y dos de sus hermanos fueron expulsados ayer del partido gobernante LakasKampi de la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, quien hasta ahora siempre había sido una firme aliada política de la familia.
Las fuerzas de seguridad han tardado cuatro días en llevar a cabo las primeras detenciones, pese a que desde el primer momento incluso el Ejército ya sospechaba de los Ampatuan.
Cien hombres armados secuestraron el lunes por la mañana a unos 60 civiles que iban a presentar la candidatura a gobernador provincial de Ismail Mangudadatu, quien le quiere disputar el puesto a Ampatuan, un poderoso "datu" o jefe tribal musulmán temido en todo el sur de la isla de Mindanao.
Los pistoleros huyeron hacia las montañas, y poco después los militares que salieron en su persecución empezaron a encontrar las fosas comunes con los cadáveres, la mayoría decapitados o mutilados.
Varios de los cuerpos de mujeres presentaban signos de haber sido violadas y entre los muertos figuran 24 periodistas locales, varios abogados de derechos humanos y la mujer y dos hermanas de Mangudadatu, cuya familia controla la vecina provincia de Sultan Kudarat.