Al verse acorralado por la policía peruana, Ramón Gustavo Castillo Gaete (35), el hombre más buscado de Chile, no vio otra salida que quitarse la vida. La noche del martes 30 de abril, Castillo llegó a la terminal de buses del Cusco en busca de un pasaje para huir de la ciudad. Funcionarios del lugar lo identificaron y alertaron a la guardia. Cuando ésta llegó, Castillo ya no estaba.

Cerca del mediodía (11.45 horas) de ayer, el líder de la secta de Colliguay fue hallado colgando de una viga, con una cuerda de media pulgada, en el primer piso de una casona abandonada desde hace 25 años, a 500 metros de la comisaría del Cusco. "Se sintió sin salida y optó por esa decisión", confirmó el comandante Juvenal Zereceda, jefe de la Policía de Turismo.

Castillo era requerido por la justicia chilena por el crimen de un recién nacido en medio de un rito. La criatura de apenas dos días fue lanzada a una hoguera por Castillo, a quien en la secta se le conocía como "Antares de la Luz".

Informes preliminares de la policía descartan la participación de terceros y establecen que el suicidio habría ocurrió a las dos de la madrugada. Al momento de morir, Castillo vestía pantalón jean, casaca gris, zapatillas marrones, gorro de tela polar y cargaba una mochila azul, la que llenó con ladrillos. Se cree que los puso allí para ganar peso y morir con rapidez.

Entre sus pertenencias no se halló ningún documento que lo identificara. Sólo tras el análisis de sus huellas el jefe policial Javier Avalos-Arenas confirmó que se trataba de Ramón Castillo.

Anoche, el subprefecto Pedro Cuevas, jefe de Interpol Chile, ratificó que "a través del cotejo de huellas que la policía peruana ha enviado, hemos podido confirmar que el cuerpo encontrado en el Cusco corresponde a la persona requerida por la policía chilena", aseguró.

LA BUSQUEDA
A Castillo la policía peruana le pisaba los talones hace 72 horas. El líder de la secta había sido visto cinco días antes por varios testigos, entre turistas y pobladores locales, en el pueblo de Ollantaytambo, a 20 horas al sur de Lima.

Según los informantes, el chileno estuvo en Ollantaytambo con Francisca Ceroni Espinosa (21), quien volvió a Chile y negó haber estado con él. En su búsqueda estaban la Policía de Turismo, División de Investigación Criminal, Seguridad del Estado y otras divisiones policiales.

La "cacería" del hombre más buscado de Chile se reforzó el lunes 29 de abril, a las 21.30. La policía recibió información de inteligencia en el sentido de que Castillo había sido visto tocando música en un restaurante en el barrio de San Blas. Además, se sabía que su acompañante retiró dinero en la agencia de Western Unión en Cusco. El martes, la indagación se trasladó al distrito de Ollantaytambo, donde varios turistas y pobladores aseguraban haberlo visto.

En el lugar la policía comprobó que Castillo vivió ahí casi un mes, en una sucia y lóbrega habitación de una casa de la comunidad campesina. La policía llegó al inmueble, pero en la pieza sólo quedaron unas jaulas donde, según los campesinos, criaba palomas.

"Antares" fue visto por última vez en Ollantaytambo el jueves 25 de abril, haciendo lo de siempre: vender artesanías en la placita del pueblo y tocar guitarra en restaurantes. "Venía a mi tienda a pedir una galleta o un chocolate para su pareja, a cambio de un collar u otra artesanía", dijo Alberto Sota, un comerciante del lugar. Castillo había recortado su barba y cubría su cabeza con un gorro. "Antares" murió en el inmueble 872 de la calle Shapy, convertido en una guarida de hampones y drogadictos, y sobre la que hay una serie de historias que la ha hecho ganarse el mote de la "casa embrujada".

El cuerpo de Castillo sería repatriado a Chile en un período de 48 horas.