Tras aparecer por primera vez en un programa de la cadena pública BBC, el líder del ultraderechista Partido Nacional Británico (BNP), Nick Griffin, ha logrado un significativo apoyo en un sondeo de intención de voto publicado hoy por el diario "The Daily Telegraph".
La encuesta, hecha por la firma demoscópica YouGov después de la polémica participación de Griffin en el programa de debate "Question Time" el pasado jueves, indica que el 22 por ciento de los 1.314 entrevistados "consideraría seriamente" votar al BNP en unas elecciones municipales, europeas o generales.
Alrededor del 66 por ciento de los encuestados subrayaron que no darían su voto al partido de extrema derecha "bajo ninguna circunstancia", mientras el resto no tiene clara su opinión al respecto.
Preguntados si votarían al BNP en unas elecciones generales celebradas mañana, el 3 por ciento expresó un apoyo a ese partido radical, un punto porcentual más que hace un mes, según el "Daily Telegraph".
No obstante, más de la mitad de los entrevistados coincidió en que el BNP "tiene razón" por su deseo de "hablar sobre los intereses de los indígenas, las personas blancas británicas".
El ministro británico para Gales, Peter Hain, quien hizo campaña contra la presencia de Griffin en la BBC, se declaró "muy enfadado" porque "la BBC le ha dado en bandeja al BNP el regalo del siglo y ahora vemos las consecuencias".
El líder del Partido Nacional Británico que obtuvo más de 900.000 votos en las pasadas elecciones europeas y dos representantes en el Parlamento de Estrasburgo afirmó este viernes que protestará ante la BBC, al considerar que fue "linchado" en el programa "Question Time", en el que expuso sus ideas racistas.
Griffin se quejó de la alteración del formato normal del programa, pues el asunto de debate fue casi únicamente la política del BNP, y de que no debía haberse celebrado en Londres, donde su partido cuenta con un mínimo apoyo por parte de los votantes.
"Londres ya no es una ciudad británica", lamentó Griffin, en referencia a la gran mezcla racial de la capital.
Unos ocho millones de personas cuatro veces más de las que habitualmente ven este programa de contenido político en el que el público pregunta a un grupo de invitados se sentaron ante el televisor para escuchar lo que Griffin tenía que decir.
Su comparecencia en la cadena pública, que financian directamente los ciudadanos, fue objeto de gran polémica y cientos de personas se manifestaron frente al centro de televisión de la BBC para expresar su rechazo a la decisión de la dirección de ofrecerle esta tribuna.
De hecho, la BBC ha recibido unas 340 protestas de los telespectadores, que se quejaron no sólo de la presencia de Griffin en el programa, sino también, de forma mayoritaria, de que la cadena no había cumplido su compromiso de mantener la imparcialidad.