El líder islámico, Rachid Ghanuchi, en el exilio desde hace 22 años, llegó desde Londres y fue recibido por un millar de adherentes y simpatizantes, a su llegada al aeropuerto internacional de Túnez.

Sus seguidores lo esperaban portando pancartas y gritando "el pueblo es musulmán y no se rinde".

"Hoy vuelve Ghanuchi a su pueblo, a su país, para ver cumplidos sus derechos políticos", dijo Mohamed al Behiri, miembro del comité ejecutivo del movimiento Al Nahda (Renacimiento en árabe), del que Ghanuchi es su máximo dirigente.

"La presencia hoy de Ghanuchi es una muestra de la libertad y de que todos los tunecinos, sin excepción, gozan de libertad", agregó, antes de subrayar que "lo que hoy ha ocurrido era impensable antes del 14 de enero", en referencia al presidente Ben Ali quien huyó tras un mes de protestas populares.

Por su parte, el también líder del movimiento islámico tunecino Abdelfatah Moro declaró: "Hoy es un día de alegría, no sólo para nosotros, sino para todo Túnez".

Junto a los miles de personas que se habían acercado al aeropuerto, entre las que destacaba la abundancia de mujeres con velo, dos decenas de jóvenes exigían un Túnez laico.

El dirigente islámico, que abandonó Túnez en 1989, fue condenado a cadena perpetua, en rebeldía, en 1991 y era considerado por el antiguo régimen de Ben Ali como un terrorista en fuga. En 1993 obtuvo el asilo político en el Reino Unido, donde ha vivido hasta ahora.

Su regreso se produce después de que el primer ministro tunecino, Mohamed Ganuchi, anunciara hace una semana una amnistía general.

Mientras tanto los tanques del Ejército han empezado a retirarse del centro de la capital, en un paso más a la normalización de la situación en el país.