El líder supremo de la Revolución iraní, ayatola Ali Jomenei, nombró hoy a Sadeq Amoli Lariyani (en la foto)como nuevo jefe del Poder Judicial, en sustitución del ayatola Mahmud Hashemi Sahroudi.
Según la televisión estatal iraní, Lariyani, de 49 años, es hermano del presidente del Parlamento, Alí Lariyani, y miembro desde 2001 del poderoso Consejo de Guardianes, segundo órgano de poder en el país y organismo que supervisa los procesos electorales.
Nacido en 1960 en la ciudad santa iraquí de Nayaf, proviene de una prestigiosa familia de clérigos que fue perseguida en la década de los años treinta del pasado siglo por la dinastía Pahlevi.
Designado dos veces miembro de la Asamblea de Expertos, organismo que elige al líder supremo de la Revolución y vigila su liderazgo, Lariyani sustituye en el cargo al ayatolá Sahroudi tras concluir éste su segundo mandato de cinco años.
En el decreto de nombramiento, divulgado de forma parcial por la televisión estatal, Jomenei agradece a Sahroudi sus diez años de servicio e insta al nuevo jefe del Poder Judicial a "aprovechar" la experiencia de su predecesor y hacer florecer la justicia.
Lariyani, tercer religioso que Jameneí elige para dirigir el Poder Judicial desde que fuera designado líder supremo, se hace cargo de la administración de justicia en la República Islámica en un momento crucial.
Desde que el pasado 13 de junio se conociera la polémica reelección del presidente, Mahmoud Ahmadinejad, el país sufrió una oleada de protestas y manifestaciones en las que murieron una treintena de personas según cifras oficiales y cerca de cuatro mil han sido detenidas.
Más de un centenar de los arrestados hace frente desde principios de agosto a un juicio masivo en el que se les acusa de espionaje y conspiración con potencias extranjeras para provocar lo que denomina una "revolución de terciopelo".
La oposición, liderada por los candidatos derrotados Mir Hussein Musavi y Mehdi Karrubi, no ha aceptado los resultados y ha denunciado abusos y malos tratos en las cárceles.
A finales de agosto, las autoridades iraníes cerraron el centro de detención de Kahrizak, en el sur de Teherán, por orden del propio Jomenei, después de que salieran a la luz noticias sobre diversas violaciones.