Cuando falta apenas un mes para las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre y unas cuantas horas para el segundo debate de mañana en St. Louis (Missouri) a las 22:00 de Chile, Donald Trump se enfrenta a la furia del liderazgo republicano.
El escándalo estalló la noche del viernes, cuando el diario The Washington Post publicó un audio de 2005 en el que se escucha a Trump sosteniendo una conversación de fuerte contenido sexual en la que dijo sobre una mujer: "Traté de cogérmela. Ella estaba casada". También presumió sobre su atracción hacia otras mujeres: "Simplemente empiezo a besarlas. Y cuando eres una estrella, ellas te dejan hacerlo. Agárralas por el (...). Puedes hacer lo que quieras", dijo.
A través de un video publicado en Facebook, Trump se disculpó hoy por sus dichos, aunque criticó la filtración. "Cualquiera que me conozca sabe que esas palabras no reflejan quien soy. Lo dije, estuve mal y me disculpo. Esto no es más que una distracción de los temas importantes que estamos enfrentando hoy. Nos vemos en el debate".
Pero las disculpas del candidato republicano llegaron tarde. Esto, porque importantes figuras del Partido Republicano, como el "speaker" de la Cámara de Representantes, Paul Ryan; el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell y el líder republicano Reince Preibus, condenaron a Trump en duros términos. Incluso Charles Dent, un representante republicano por Pennsylvania, dijo que el partido debería abandonar al candidato y el senador Mark Pence, su compañero de fórmula, también lo criticó.
Incluso, Melania Trump tildó de "inaceptables" los comentarios lascivos de su esposo, pero saludó sus disculpas. Frente a ello, el empresario debió salir a precisar que no renunciará.
Este escenario no podría ser peor para Trump ante lo que enfrentará hoy. Tras el primer debate, Hillary Clinton no sólo logró detener el impulso de su rival, según una serie de encuestas a nivel nacional, sino que también se abrió camino en varios de los estados clave. De esta manera, la candidata demócrata llega hoy con ventaja, a pesar de que Trump ha insistido en que él estuvo "bien y ella no lo pudo hacer peor" en el primer encuentro.
Esta cita puede ser determinante para el candidato republicano, aunque no se da en el mejor escenario para Trump. Tiene el desafío de superar el desempeño que tuvo en el primer debate e intentar despejar el camino de la serie de desaciertos en los que estuvo involucrado últimamente.
Hace algunos días su posición sobre las mujeres ya había generado controversia, primero por el enfrentamiento con Alicia Machado, la Miss Universo de 1996, quien acusó al magnate de ofenderla y luego los dichos revelados por The Washington Post.
A ello se sumaron otras serie de revelaciones como la de la revista Newsweek, que aseguró que Trump intentó hacer negocios en Cuba a finales de los años 90, violando el embargo o la información de The New York Times sobre impuestos. Según el periódico Trump declaró pérdidas por US$ 916 millones en 1995, logrando no pagar impuestos por 18 años. A lo anterior se agregó esta semana que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación de Estados Unidos afirmó que el grupo inmobiliario de Trump arrendó de 1998 a 2003 oficinas a un banco iraní acusado por Washington de tener vínculos con grupos terroristas.