La dirigencia europea se mostró aliviada tras conocer los resultados electorales de Holanda, donde el partido del primer ministro Mark Rutte se mantuvo como primera fuerza y la colectividad del antiislam Geert Wilders no logró avanzar suficientemente para convertirse en una fuerza determinante. Todo eso considerando que estos comicios eran vistos como el barómetro de lo que podría pasar con los partidos de extrema derecha en las elecciones presidenciales de Francia, en abril, y en las legislativas de Alemania, en septiembre.
"Fue una buena jornada para la democracia" en la que se logró un "resultado proeuropeo", dijo la canciller alemana Angela Merkel al comentar el resultado de las elecciones holandesas. En la misma línea, el Presidente francés, François Hollande, felicitó ayer a Rutte por su "clara victoria contra el extremismo". En un breve comunicado, Hollande sostuvo que "los valores de apertura, de respeto de los demás y de fe en el futuro de Europa son la única respuesta verdadera a las pulsiones nacionalistas y de repliegue que sacuden el mundo". Además, las acciones europeas registraron su máximo nivel en 15 meses, en aparente reacción al resultado de Holanda.
En las elecciones holandesas los liberales del VVD, de Mark Rutte, consiguieron 33 escaños, en un Parlamento de 150 diputados, por lo que debería conformar una coalición para reunir al menos 76 votos y poder mantenerse en el gobierno. El Partido de la Libertad (PVV) de Wilders logró la segunda posición, con 20 diputados, por lo que se convertirá en la principal fuerza de la oposición. Detrás le siguen los demócrata cristianos del CDA y los liberales de izquierda de D66, con 19 escaños cada uno. Con 14 diputados se disputaban la quinta posición el Partido Socialista (SP) y los Verdes de Izquierda, considerada como la agrupación que dio la gran sorpresa de esta elección ya que creció en 10 parlamentarios desde los comicios de 2012.
Una lectura distinta de los comicios holandeses la hizo el Frente Nacional francés. Eso porque aseguró que el ascenso del partido de Wilders (aumentó en cinco los escaños) constituye un "éxito" que ilustra la pujanza de los "patriotas" y que ganará la próxima vez. El ultraderechista Frente Nacional es el partido de Marine Le Pen, favorita para ganar la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas del 23 de abril, aunque los sondeos sostienen que será derrotada en la segunda ronda, el 7 de mayo.