El 21 de diciembre, cuando Andrés Allamand responsabilizó al Presidente Sebastián Piñera por la derrota de la Alianza, la senadora Lily Pérez le envió un mensaje de texto a la ministra Cecilia Pérez.

La parlamentaria le expresó su apoyo a la ministra por la dura respuesta que le dio ese día al senador electo y, sobre todo, la respaldó por haber hecho público que estaba analizando su continuidad en RN. A la ex vocera de campaña de Evelyn Matthei no le es ajena esa reflexión. Desde hace un par de años que viene dándole vueltas a la idea de dejar el partido, impulsada principalmente por una profunda desafección con la forma como se ha manejado la colectividad.

En los últimos días se ha debatido sobre  las responsabilidades en la derrota de la Alianza. Como ex vocera del comando de Matthei, ¿cuál es su diagnóstico?

En general, las críticas han sido bastante fuera de tono. Cuando hay una derrota y sobre todo la pérdida de gobierno, lo que corresponde es actuar con mesura y con tranquilidad. Me parece que apuntar al Presidente Piñera como el principal responsable de la derrota es un análisis absolutamente artificial. El 2009 no perdió Bachelet, perdió la Concertación, y el 2013 perdió la Alianza, no perdió Piñera. Ni en el peor momento de la Concertación, jamás, a ningún dirigente de la Concertación, jamás lo escuché culpar a Bachelet.

Alude a lo que planteó Allamand. Por esas palabras desde el gobierno lo acusaron de desleal.

No me gusta hacer juicios de valor de las personas, sino que hacer análisis objetivos y, claramente, ese juicio fue un análisis artificial,  profundamente injusto con el Presidente y con el gobierno. Además, inentendible de una persona que fue parte del gobierno y que cuando fue candidato en la primaria trabajamos fuertemente por él. Dijo que era el heredero de la administración de Piñera, que él estaba orgulloso de haber pertenecido al gobierno y que se sentía orgulloso de ser el continuador del legado de Piñera.

Pero algo de culpa tendrá el Presidente. En septiembre tuvo intervenciones que complicaron a la candidata. Habló de los cómplices pasivos, dijo que había sido un error que Matthei votara por el Sí, que era engañoso que ella argumentara que no debía pedir perdón porque tenía 20 años para el Golpe.

Todo lo que dijo Piñera durante septiembre, lo dijo en su campaña presidencial y lo había dicho como senador. No veo la sorpresa. Me parece que además, por ejemplo, con el cierre del penal Cordillera, los que generaron el conflicto fueron los dirigentes de RN y la UDI, que salieron a criticar al gobierno. A mí me llena de orgullo el pertenecer a un gobierno de centroderecha que toma una decisión como esa. Porque estamos hablando de personas que estuvieron involucradas en las máximas vejaciones a los derechos humanos, que no tienen nada que ver con el mundo militar. Así es que adjudicarle a Piñera cualquier elemento negativo a la candidatura por el mes de septiembre, sólo puede tener que ver con algo más profundo, que estamos frente a una centroderecha que no ha hecho su propio tránsito doctrinario e ideológico y que ve cómo, después de 40 años, un presidente de sus filas pone arriba de la mesa temas que le resultan altamente incómodos, no a nuestros electores, ojo, sino a nuestra dirigencia política. Tenemos una dirigencia en general muy anclada en el pasado y que no tiene ningún tipo de empatía con los temas del presente y del futuro y tampoco en materia de derechos humanos.

Dice que estos temas y decisiones del Presidente son incómodos para la dirigencia, pero también lo fueron para la propia Matthei.

Evelyn Matthei salió a respaldar al Presidente en todas las decisiones que se tomaron en septiembre. Matthei en estos temas tiene absoluta sintonía con el Presidente.

Pero ese respaldo no fue muy efusivo que digamos.

Cada candidato tiene su historia de vida y yo la respeto en eso, que es difícil para una persona que ya tiene decisiones e historia en la vida con esos temas. Pero que le hayan generado mayor conflicto no fue así.

A raíz de las declaraciones de Allamand, los ministros Cecilia Pérez y Bruno Baranda se abrieron a renunciar a RN, con lo que se agudizó la crisis en su partido.

Entré siendo una niña a la juventud de RN y tengo un profundo cariño por sus dirigentes. Fui secretaria general, encabecé la mejor elección para RN, que fue la municipal del 2008, que nos permitió ganar el gobierno del 2009. He sido electa por las primeras cinco mayorías nacionales y, por lo tanto, tengo una relación de cariño hacia los dirigentes y personas que nunca piden cargos y que siempre están, que son la mayoría de RN. Pero, lamentablemente, siento que el partido se ha virado doctrinariamente y ha habido hitos en los cuales yo he sentido al partido muy distinto al cual yo entré. Por ejemplo, cuando se discutió el lucro de la educación con fondos del Estado, yo oí a dirigentes de la mesa directiva defender el lucro en la educación, el negociado de la educación más bien, y atacarme fuertemente  por haber votado por regular el lucro con fondos públicos. Lo otro fue cuando discutimos la Ley Antidiscriminación, a mí me dolió profundamente ver cómo la mayoría de los senadores de mi bancada no sólo votó en contra de la ley, sino que argumentó con una homofobia irritante.

¿Y eso que plantea no la lleva a hacer la misma reflexión que los ministros Pérez y Baranda?

Nunca he perdido la esperanza y siempre he trabajado por no perderla. Este es el único partido en el que he estado, el único que conozco, es como una familia, pero se ha hecho muy difícil seguir en RN. Creo que durante muchos años la convivencia entre liberales y conservadores estuvo regulada por una tenue línea invisible, pero que era una línea que nadie pasaba para no aplastar al otro, pero desgraciadamente, he visto descalificaciones, he visto mucho egoísmo, mucho egocentrismo, mucho, cómo decirlo… el año 2009 nosotros ganamos porque teníamos un objetivo unitario, más allá de las diferencias, había mística y siento que eso se apagó desde el primer día por no saber ponerse segundo en la fila, por querer siempre imponer sus propias verdades, por no saber respetar las diversidades. Pero, afortunadamente, esta campaña presidencial, para los que estuvimos dentro, nos hizo recuperar eso, porque junto con gente de la UDI y del mundo independiente logramos, aunque éramos un grupo muy pequeño, unidad entre todos. Generamos mística, buena onda y, sobre todo, mucho respeto por nuestras diferencias, que existen y muchas. Eso es algo que a mí me hace tener esperanza, pese a los malos momentos, porque ahora constituimos la nueva minoría para enfrentar a la nueva mayoría. Esta nueva minoría de la centroderecha puede ser nuestro futuro, porque no quiero bajar los brazos para la etapa que viene. Tenemos una gran cantidad de gente que nos sigue, que cree en nosotros y que de una u otra manera se alejó en estos cuatro años.

¿Va a renunciar a RN? Se le nota muy decepcionada de su partido.

No depende de mí, depende de RN.

¿Qué quiere decir eso, tiene que haber un cambio en la directiva?

Es mucho más profundo que eso, no sólo un cambio en la conducción que es absolutamente indispensable, un cambio profundo de verdad, doctrinario, de consecuencia, algo mucho más profundo.

¿Que el Presidente decidiera no volver a RN, facilita que otros dirigentes dejen el partido?

No, para nada, yo imagino que el hecho de que él no quiera retomar la militancia, es consecuencia de haber sido golpeado cuatro años consecutivos por dirigentes de RN, en forma permanente y hostil.

¿Le gustaría que volviera?

Es una decisión muy de él. No voy a opinar. No le mando recados por la prensa, lo hago siempre en persona.

Hay quienes piensan que la clave para que la centroderecha vuelva a ser gobierno está en la posibilidad de ampliar el sector.  ¿No cree más transparente y más políticamente útil generar un nuevo movimiento?

Todo lo que sea nuevo movimiento, nuevo grupo, incluso nuevos partidos son bienvenidos en nuestro sector, porque hay que airear nuestro sector. Es cosa de ver la declaración de principios de RN, todavía habla de gesta histórica del 11 de septiembre y eso es un ejemplo de que los partidos no sólo tienen que modernizarse en el papel, sino que realmente en su forma de actuar.

¿Ud. está relacionada con la creación de Renovación Liberal?

Sí, en algún momento lo evaluamos, hace dos años, cuando llevábamos un año de gobierno y ya las críticas al gobierno y al Presidente eran tan feroces que un grupo de ministros, parlamentarios y dirigentes nos levantamos y formamos el grupo "Aquí estamos". Fue bastante exitoso, hicimos encuentros en regiones y, entre otras cosas, pedíamos la renuncia de la directiva. De ahí nació la idea de Renovación Liberal y ahí quedó esa idea, durmiendo, por el momento.

¿Por el momento?

Sí, por el momento, porque voy a poner todo mi empeño para que las cosas en RN se puedan sacar adelante. Claro, se hace difícil. Hay muchos que estamos mirando y estamos conversando entre nosotros, viendo qué pasa. Por ahora no puedo decir más.b