La cumbre del clima que comienza hoy en Lima, Perú, llega precedida de una serie de datos inquietantes. Hace poco más de una semana, la Organización Meteorológica Mundial informó que octubre fue el mes más cálido desde 1880. Además, desde ese año y hasta 2012, la temperatura media en el planeta subió 0,85°C, según datos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Este organismo advirtió que ésta no debe supera los 2°C durante este siglo, pero los niveles de gases de efecto invernadero, que provocan el alza, son los más elevados desde hace 800.000 años.

De ahí la importancia de la Conferencia de las Partes (COP 20) de la Convención Marco de Cambio Climático de las Naciones Unidas que se desarrollará en el vecino país hasta el 12 de diciembre. En el encuentro se deben sentar las bases para renovar el Protocolo de Kioto, acuerdo que nació bajo esta convención y que estableció metas  de reducción de gases efecto invernadero. El problema es que este tratado expiró en 2012, luego se acordó prorrogarlo hasta 2020, pero muchos países no se sumaron en esta segunda etapa.

El nuevo acuerdo que lo reemplace se adoptará recién en París el próximo año. Por eso en Lima los países no darán a conocer necesariamente sus compromisos finales, sino que se acordarán metodologías y los contenidos generales que el nuevo tratado debe incluir.

Fernando Farías, jefe de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente,  explica que nuestro país no dará a conocer sus contribuciones  en la cumbre (paquete de medidas que van desde planes de mitigación hasta de colaboración a otros países para que puedan mejorar su adaptación al cambio climático), sino que unos días después de concluida la cita, porque las someterá a consulta pública antes de ser despachadas a la ONU el primer semestre de 2015, tal como lo anunció la presidenta Michelle Bachelet en la cumbre del clima de septiembre en Nueva York. "Vamos a hacer una consulta abierta y una presentación en distintas regiones de un anteproyecto, para que nos entreguen observaciones la ciudadanía, la industria y las universidades", dice Farías.

Este proceso se extendería hasta marzo, una vez que se consoliden las observaciones, se confecciona el informe que va al Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, para su aprobación. Una vez visados los compromisos, son enviados al Ministerio de RR.EE. para su despacho.

En materia de anuncios, el gobierno solo presentará el primer Informe Bienal de Actualización en Cambio Climático, que incluye un inventario de gases de efecto invernadero, opciones de mitigación, y también del financiamiento que ha llegado al país para adaptarse al  fenómeno estos últimos tres años, dineros que suman 40 millones de dólares.

OBSERVADOR CLIMÁTICO

A la cumbre asistirán cerca de 12 mil personas de todo el mundo. Desde Chile se espera la presencia de la presidenta Michelle Bachelet el miércoles 10, y una delegación de unas 160 personas, entre científicos, ONG y empresas.

En este grupo se encuentra Ezio Costa, director de la ONG Fiscalía del Medio Ambiente (Fima), quien es el único observador chileno acreditado para la cumbre.

"Nuestra vulnerabilidad física y social nos obliga a tener una posición más vanguardista, a presionar a los Estados que más contribuyen en los gases de efecto invernadero para que los disminuyan de manera drástica", dice.

Explica que van a monitorear los pasos de Chile, pero también los de Estados Unidos y el de las grandes economías en vías de desarrollo: Brasil, China, India y Sudáfrica. "La posición hasta ahora de EE.UU., es que no se compromete si las grandes economías en desarrollo no lo hacen, mientras que éstas se escudan en la responsabilidad histórica de las grandes potencias para tampoco comprometerse demasiado. El resultado de este gallito es que se pone en peligro la estabilidad climática del planeta", afirma.

Otra ONG que asistirá a la COP20 será Terram, quien expondrá en el Side Event o evento paralelo que realizará el gobierno el día 8 de diciembre. Javiera Espinoza, geógrafa del organismo, dice que esperan que nuestro país se pronuncie a favor de la protección de los glaciares, reservas de aguas afectadas por el cambio climático. Sin embargo, advierten inconsistencias en el discurso de Chile. "Hacia afuera es muy progresista  en tomar ciertos puntos, como someter a participación ciudadana las contribuciones, pero nos preocupa que se estén destrabando proyectos energéticos como las termoeléctricas. Cuando analizas las emisiones, no encuentras una coherencia, no existe planificación", critica.