Puede que haya encabezado festivales cuya intensidad semeja un polvorín, auténticos festines de fans y música al aire libre, como Bonnaroo o la última edición de Glastonbury. O puede que haya cantado en otros encuentros de mayor etiqueta, como el tradicional Festival de jazz de Montreaux, en Suiza. Pero de segura nada en la vida reciente de Lionel Richie (66) se acerca a la cita que tiene reservada para el jueves 25 de este mes: esa noche, se subirá al escenario de la Quinta Vergara para convertirse en el mayor invitado internacional de Viña 2016.
“No sé nada de este festival, estoy recién aprendiendo un poco de qué se trata, pero, hasta dónde sé, parece que es un evento increíble y muy visto”, apunta a modo de referencia una de las mayores personalidades del pop ochentero, uno de los pocos capaz de rivalizar en ventas y popularidad con Prince y Michael Jackson, sentado el pasado miércoles 10 en un salón del Centro de artes escénicas The Wallis Annenberg, en pleno Beverly Hills
Es un festival, pero no como Glastonbury: no tiene varios escenarios, sino que uno solo, es televisado y posee dos animadores. Y es una premiación, pero no como los Grammy: el público interrumpe los shows para entregar los galardones.
¿De verdad es así? (pregunta intrigado) Entonces, ¿el espectáculo es como un show de televisión y eso es lo que ve la gente? Suena muy entretenido, yo creo que me va a encantar. ¿Y cómo se decide lo de los premios?
La gente los entrega dependiendo de la aprobación que le da a cada show. Se les llama Gaviotas.
Ajá. Entonces va a ser una aventura, porque me encanta cuando no sé qué voy a hacer. Por ejemplo, si voy a Londres, no es necesario que consulte “cuéntame de Londres”, porque ya lo conozco. Si voy a París o a Holanda es lo mismo, son todos sitios que ya conozco. Pero esto que me dices es totalmente nuevo, no sé cómo va a ser. Imagina, es muy emocionante para mí, después de tantos años, tener una nueva aventura en mi carrera, conocer algo distinto, como esto que me cuentas de las palomas que entrega el público…
Gaviotas.
Gaviotas. Todo va a ser nuevo. En otros momentos, al partir una gira, uno puede pensar: ‘”Lionel, tú has hecho esto antes”. Pero este no es el caso. La gente nunca me ha visto presentarme allá. Es una audiencia que tampoco sabe con lo que se va a encontrar.
En este momento de su carrera, ¿busca más bien nuevas experiencias, como Glastonbury, Viña o el tributo que tendrá en los Grammy?
¿Sabes qué? Yo de pronto observo a los Rolling Stones y ellos ya llevan como 200 años haciendo esto. Entonces, creo que ahí es un asunto de opciones: uno a esta edad puede inscribirse en un gimnasio, ir todos los días a hacer ejercicio o matricularse en un country club. Como segunda alternativa, uno puede realizar una gira. Y yo por supuesto elijo eso, porque además es mucho más fácil. Cuando vuelvo a casa es cuando descanso, pero la música aún no me agota. Trato de tomarme los tours como vacaciones, sobre todo cuando voy con mis hijos, porque ellos me dicen (empieza a imitar una voz infantil): “oh, por Dios papá, ¡de nuevo nos vamos a ir de gira!”. Y yo les respondo: “Nooo, son vacaciones, porque yo no pago la pieza del hotel, ni los traslados, ni nada”.
EL PREMIO GORDO
Sean palomas, Gaviotas de oro, discos de platino o premios Oscar, este fin de semana el hombre nacido en Alabama recibirá un reconocimiento que de alguna manera resume todos los anteriores. Algo así como el premio de premios: en un evento que se realizaba anoche en Los Angeles, el ex The Commodores sería galardonado como Persona del Año por la fundación benéfica MusicCares, cita que habitualmente antecede los premios Grammy -a entregarse mañana- y que tributa la huella de las instituciones sagradas del pop planetario.
De hecho, el cantante también tendrá su homenaje en uno de los segmentos de la ceremonia televisada de este lunes. En el espectáculo de ayer participarían las más diversas figuras, desde coetáneos como Stevie Wonder, hasta voces mucho más contemporáneas, como Demi Lovato, Rihanna o Florence Welch, dejando también espacio a los ilustres del rock, como Dave Grohl. En todo caso, Richie no destiñe en ese último grupo y el asunto es literal: aún luce sorprendentemente joven y jovial, sin grandes rastros de un hombre que ya se acerca a los 70 años, casi como si el tiempo se hubiera paralizado en 1984.
¿Cómo ve que músicos tan distintos estén unidos por su música?
Me siento muy honrado, porque el homenaje no sólo viene de mis pares, sino que de mis pares más jóvenes. Yo y Stevie hemos estado juntos desde hace muchos años, pero cuando piensas en Usher o Rihanna, todo se pone más interesante, porque es gente que quizás no vivió tu período de éxito, pero tiene mucho afecto por lo que has hecho.
¿Se siente un artista que influyó en géneros tan diversos como el pop, el rock, el funk, el R&B y hasta el hip hop?
Totalmente, porque si yo mirara mi carrera y te dijera que hice un solo estilo, sería muy aburrido. Mira mi trayectoria: “aquí está Lionel Richie componiendo Three times a lady. Aquí está Lionel de nuevo escribiendo Say you say me. Y aquí está Lionel otra vez haciendo All night long”. Yo tengo la oportunidad de jugar con toda esa variedad de temas, lo que se parece mucho al trabajo de un actor: ellos no quieren ser encasillados en un solo personaje, a mi me pasa lo mismo.
En años anteriores, este premio lo recibieron Paul McCartney y Bob Dylan. ¿Cree que está a la par de ellos?
Cuando yo empecé, era un fanático de todos ellos. Los imitaba en la ducha, cantaba sus temas mientras me bañaba. Entonces, cuándo alguien te dice que vas a formar parte de ese grupo, es realmente grandioso, porque yo partí como fan de ellos antes que como colega.
Usted fue el artista más exitoso del último Glastonbury en Inglaterra, con la mayor cantidad de audiencia de esa versión, 120 mil personas, en un cita más dedicada a la música reciente. ¿Siente que su carrera pasa por una revalidación?
Cuando me invitaron, imaginaba que sería algo interesante, algo así como “ok, va a estar bueno”. Pero cuando salí a cantar y vi toda esa gente, pensé: “¡¿pero qué es esto?!”. Fue una locura. Ahí aprendí que uno nunca debe suponer lo que va a pasar. Fue revelador que un público de diez, quince o veinte años conociera mi música. Fue el mejor momento que jamás haya tenido en un escenario. Lo comparo a los más mágicos que he tenido en mi vida, cuando sucede algo superior a tus sueños más osados: el Live Aid, la clausura de los Juegos Olímpicos o We are the world. Son instantes donde todas las estrellas se alinean.
SAQUEN A LA PITÓN
Como previa a su reconocimiento de este fin de semana en los Grammy, el hombre de Hello protagonizó el pasado miércoles en Beverly Hills la cita An evening with Lionel Richie, una conversación guiada por el actor Kevin Spacey ante un reducido grupo de cerca de 500 invitados. Ahí, entre chistes que iban y venían con el rostro de House of cards, el intérprete reveló uno de los secretos más profundos del pop de los 80: ¿qué demonios significa esa línea indescifrable de All night long donde canta Tom bo li/de say de moi ya/ Yeah, jumbo jumbo/Oh, jambali/ Tom bo li/ de say de moi ya?
“En ese tiempo tenía un doctor jamaicano y una vez lo llamé: ‘hey doc, ¿qué significado espiritual tienen todos esos cánticos y voces que hace Bob Marley en sus canciones?’ Y él me responde: ‘de verdad: nada. No significan nada’. Así que, si Bob Marley lo hacía, me puse a juntar dialectos casi africanos que no tuvieran ninguna definición y los puse en el tema”.
Pero la charla con Spacey también dio para evocaciones menos alegres. El artista, que también se presentará el 27 de febrero en Movistar Arena, recordó con voz mucho más reflexiva y emotiva la primera vez que se enfrentó al racismo: fue cuando, con nueve años y estando junto a su padre en Montgomery, se acercó de manera casual a beber en una fuente de agua que lucía el cartel “sólo para blancos”.
“Ahí habían unos chicos blancos que nos empezaron a insultar violentamente y mi padre decidió tomarme y salir corriendo. Años después, lo encaré: ‘¿por qué no hiciste nada, por qué no te devolviste y peleaste con ellos?’. Ahí el me respondió: ‘porque si los hubiese atacado, ellos me habrían matado. Y entre ser un hombre y ser tu padre, yo quería seguir siendo tu padre”.
¿Tiene alguna expectativa al respecto en torno a las próximas elecciones en EE.UU.?
Yo creo que la gente ahora va a priorizar el que responda mejor a sus necesidades reales. Los que puedan asegurar educación, salud y finalmente buenas condiciones para vivir. Eso es lo que le preocupa a la gente.
Más allá de las tensiones raciales que aún existen, ¿por qué la música negra sigue siendo la más exitosa? Los artistas más importantes del último tiempo son afroamericanos o cantan como ellos: Beyoncé, Bruno Mars, Adele…
Sigue siendo nuestro momento. Y es porque es una música que apela a lo básico: el ritmo, el alma, el baile y el contenido de las letras. Todo eso se mezcla y te contagia. Eso nunca va a morir y eso lo debe entender la industria de la música, porque te mantiene activo. Y por ahí también van los artistas de hoy: lo nuevo suena como viejo, porque sigue siendo atractivo. Adele y Bruno Mars suenan como vieja escuela. Lo clásico hoy es lo moderno.
El año pasado se cumplieron 30 años del himno We are the world que usted compuso con Michael Jackson. ¿Qué recuerdos tiene de ese hito?
Una serpiente. Estaba en la casa de Michael escribiendo el tema, su perro no paraba de ladrar, cuando de pronto comienzo a sentir un ruido extraño, algo que hace “aag aag” (imita una suerte de respiración por la boca). Miro y es su gigantesca pitón albina viniendo hacia mi. Reconozco que me puse a gritar como una chica, corrí como un loco por toda la habitación y de pronto aparece Michael (ahora imita la voz suave de Jackson): “Oh, Lionel, ella sólo quiere jugar contigo”. Es lo que más recuerdo. Quizás la gente quiere escuchar algo más espiritual con respecto a este tema, pero yo sólo tengo en la mente una serpiente.
Lionel Richie viene por segunda vez a Chile luego de presentarse en 2010 en Movistar Arena. Esta vez, lo hará por partida doble: estará el día 25 en el Festival de Viña, en la misma jornada de Pedro Ruminot y Rick Astley; y dos días después, se presentará en el mismo recinto de Parque O’Higgins. Ambas citas tienen a la venta sus entradas en Puntoticket.