La oposición de izquierda encabezó la primera vuelta de las elecciones legislativas de este domingo en Lituania, que sancionaron en las urnas cuatro años de austeridad impuestos por el gobierno conservador de Andrius Kubilius, según resultados parciales.
El Partido Populista del Trabajo de Victor Uspaskich obtuvo 22,67%, delante del Social Demócrata, de Algirdas Butkevicius (19,58%) y del conservador del primer ministro Kubilius (12,82%), tras escrutarse los votos en 1.237 circuitos sobre un total de 2.017.
Las tendencias no cambiarán mucho, pues la segunda vuelta, que se llevará a cabo el 28 de octubre, solo concierne a una pequeña parte de los diputados.
Un nuevo partido anti pedofilia, la Vía del Coraje, obtuvo 7,04%, mientras que el partido populista de derecha Derecho y Justicia alcanzó 9,07%.
Los electores designaban a 141 diputados entre 1.927 candidatos. Setenta parlamentarios son elegidos mediante el sistema proporcional a partir de las listas de los partidos y 71 en elecciones directas a dos vueltas.
Por otra parte, los lituanos se pronunciaron simultáneamente por referéndum contra el proyecto de construcción de una nueva central nuclear. Iniciado por la oposición hostil al proyecto, el referéndum solo tenía valor consultivo.
Los socialdemócratas parecen haber quedado en buena posición para formar la futura coalición pero necesitarán a un aliado que podría ser el partido Orden y Justicia.
El jefe del partido Socialdemócrata Algirdas Butkevicius parecía sin embargo decepcionado por los resultados.
"Es difícil decir si ambos partidos (socialdemócrata y laborista) serán capaces de formar una sólida mayoría para gobernar. Tenemos necesidad de una sólida mayoría, a falta de lo cual durante la crisis, nuestra acción puede ser de corta duración", agregó.
La oposición de izquierda prometió, entre otras cosas, un aumento del salario mínimo hasta las 1.509 litas (439 euros), un impuesto progresivo sobre los ingresos y un "reajuste" de las relaciones con Rusia, afectadas actualmente debido a las exigencias de reparación por los 50 años de ocupación soviética y una acción legal contra Gazprom que hace pagar muy caro, según Vilna, el gas que suministra a Lituania.
El primer ministro saliente defendió su balance. "Este período de 4 años ha sido especialmente difícil, hemos tenido que tomar decisiones importantes de forma responsable, garantizar una política financiera responsable, espero que esta política responsable se mantenga", declaró tras votar el domingo por la mañana.
En 2009, en plena crisis mundial, la economía lituana se contrajo un 14,8%. Las drásticas medidas de austeridad del gobierno Kubilius permitieron a Lituania volver a crecer en 2010. Su PIB debería subir un 2,5% en 2012 y el desempleo está en caída desde el inicio del año.