Un paraguas para protegerse del sol, sus clásicos calcentines blancos y la "orden" de que la policía hiciera un cordón humano para su desplazamiento sobre la losa del aeropuerto de Santiago marcaron la llegada de Michael Jackson.
La insólita exigencia que no tuvo acogida por parte del personal de Carabineros, generó los primeros momentos de tensión de la primera y única visita del artista a Chile.
En el mismo aeropuerto, Jackson pidió ir a una tienda de audio profesional. Minutos más tarde, personal de Carabineros cortaba el tránsito de Presidente Riesco, la calle de Las Condes donde se ubicaba la tienda Desibelius.
Ahí lo recibió Cristián Rodríguez, ejecutivo del sello Universal Music que entonces trabajaba en el local. "Parecía un andrógeno, y hablaba entre como un niño y una mujer. Llegó con tres niñitos que lo acompañaban, pero nadie reparó en eso porque en ese momento las acusaciones sobre sus abusos no eran un tema. En un momento me pidió un láser disc (formato antecesor del DVD) de Janet Jackson y cerramos el espacio para que viera el concierto. En la mitad se puso a llorar, luego le preguntamos a gente de su staff y nos explicaron que fue su reacción al ver a sus padres entre el público de ese show", recuerda Rodríguez.
Discos de Disney y distintos reproductores de música se llevó el cantante en una compra que bordeó los dos millones de pesos de la época.
Un cuarto de esa suma gastó en dos tiendas Errol's, donde compró películas en formato VHS de artes marciales y dibujos animados.
También compró antigüedades en una tienda de Las Condes donde llegó acompañado de los tres niños que venían con él. Fue una de las pocas salidas del cantante que permaneció gran parte de su estada en el piso 19 del hotel Hyatt. Ahí se encerró a jugar Nintendo, a las escondidas -en una de esas jugarretas quedó atrapado en el helipuerto- y a dispararle whisky a sus guardias con pistolas de agua.
En paralelo, Jackson decidió cancelar una visita que había comprometido a niños enfermos de cáncer del Hospital Luis Calvo Mackenna, actividad que finalmente cumplió luego de dos postergaciones. "Supuestamente era una visita larga, pero se bajó del auto, le tocó la cabeza a un niño y se fue. Estuvo menos de un minuto y los niños quedaron muy tristes", recuerda un testigo de la escena.
También en el hotel decidió cancelar el primero de los dos conciertos que tenía agendados en Santiago como parte del Dangerous tour. "Problemas estomacales", fue la primera versión que entregó la productora Prodin horas antes del show que entonces tenía a cerca de cinco mil fanáticos en las afueras del Estadio Nacional. Horas más tarde, el doctor personal de Michael Jackson dijo a los medios que la cancelación, que originó la quiebra de la empresa de espectáculos, se debió a problemas musculares en la espalda del artista.
Finalmente, Jackson reunió a cerca de 70 mil personas, según crónicas de la época, en un repleto Estadio Nacional. Fue la noche del sábado 23 de octubre de ese año cuando mostró sus característicos pasos de baile en un show de dos horas que abrió con la canción Jam y que estuvo marcado por un fuerte despliegue visual. Un coro de 16 niños del Sename, lo acompañaron en Heal the world en el concierto que terminó con fuegos artificiales.
Al día siguiente, se dejó ver en el aeropuerto junto a los tres niños que viajaban con él. Entre pifias y aplausos, Jackson se embarcó por la puerta del público general con una mascarilla en su rostro, como en todas sus salidas.