Es probable que en 15 años más, como parte de los exámenes médicos de rutina, junto al hemograma y las pruebas de colesterol, se incluya también la realización de un test genético que busque en nuestro ADN genes alterados que nos puedan predisponer a alguna enfermedad.

Así lo cree al menos Pablo Valenzuela, Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas (2002) y director de la Fundación Ciencia para la Vida, parque tecnológico, científico y de negocios al que se ha sumado ahora InVitae, una compañía de salud personal con sede en California (Estados Unidos) que llegó a Chile para ofrecer test de secuenciación genómica.

El objetivo de InVitae es acercar la información genética a la práctica médica de rutina y mejorar la calidad de la atención médica para los pacientes a través de la secuenciación del genoma y la búsqueda de variantes relacionadas con 264 condiciones genéticas: 50 relacionadas con el cáncer, 53 con condiciones neurológicas, 80 para algún tipo de cardiopatía y 105 para portadores de otras enfermedades.

Gautam Mehta, representante en Chile de InVitae, dice que se instalaron en el país porque "tiene un gran ambiente económico y cuenta con infraestructura y condiciones ideales en cuanto a experiencia médica para colocar nuestra primera sucursal internacional", dice.

De hecho, el test será el primero de su tipo donde la muestra de sangre y el análisis genómico se realice completamente en Chile.

El valor del test es de 1.500 dólares. Los datos quedan archivados y cada seis meses se realizará un recuento con los últimos descubrimientos asociados a una condición genética, resultados que también se enviarán al médico solicitante.

Pablo Valenzuela dice que a Chile también llegarán muestras de países vecinos y de otras partes del mundo. "En el futuro, todo ser humano va a tener el derecho de conocer su genoma en detalle sin necesidad de involucrar a un médico. Es una información sobre nosotros, el médico ayuda a dilucidar la información", dice.

El acceso a exámenes de este tipo supone -según Valenzuela- una verdadera revolución para la práctica médica. "Para que un médico sea capaz de interpretar estos asuntos, tiene que tener otros conocimientos que quizás hoy día no tiene. Representa un nuevo desafío para la comunidad médica y para las universidades, porque la medicina del futuro va a tener que tomar en cuenta el conocimiento genómico, la salud y la nutrición del futuro también", señala.

Sin embargo, más que saber de qué se puede enfermar una persona, Valenzuela cree que el uso de estos exámenes está más relacionado con la esperanza que tiene la gente de mantener su salud. "Si tengo un tratamiento, la información ayuda a cómo hacerlo mejor ¿me conviene seguir comiendo grasa si tengo un gen que me predispone a los infartos? Estos test buscan que la gente maneje bien su salud", insiste.